Capítulo 05: Cazando al Kobold como una chica murciélago (7)

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Parte 7


No sabía por cuanto dolor estaba pasando Lächelnd, pero era obvio que este no tendría descripción alguna. Aferrándose el hombro, en aquél agujero de carne donde hasta hacía poco se hallaba su brazo, la chica no mostraba signos de retroceso. ¿Cómo podía soportar tanto?

—Lächelnd...

—Espera, Korelia —me interrumpió para dirigirse a ese maldito enano—. Tú... ¿Qué es exactamente lo que buscan?

El Kobold hizo un ademán de arrojarse en nuestra contra, solo viéndose obligado a frenar sus instintos por orden del pequeño niño.

—Creo que ya he respondido eso, Lächelnd Rhode —masculló—. La albina, ella es sin duda nuestro principal objetivo. Claro que, hemos de llevarnos a la Nature. Al final... una cosa nos lleva a la otra

—¡Explícate! —exigió Lächelnd, poniéndose delante mío—. ¡¿Por qué la reina Lisa querría a una niña?!

—¿La reina? —repitió Belibeth, abriendo los ojos—. ¡Oh, vaya! Tenemos un malentendido aquí. Lächelnd Rhode, ¿por qué deberíamos apostar nuestro poder a una fuerza que se extingue más cada día?

»¿Sorprendida? No deberías estarlo. Hace poco todo un vasto territorio fue despojado de sus propiedades, ¿no es así? ¿Acaso esta insignificante villa no celebra a sus salvadores? Sí, aquellos conocidos como la paz de Stella... Esos sujetos, no me sorprendería que ellos marcaran el final del reinado de Lisa.

»Pero su caída no regresará ningún orden, ningún tipo de equilibrio al mundo. Necesitaremos una nueva fuerza, un estandarte que unifique todo, un... Nuevo dios en quien confiar. Frieden es la clave de esto. Con el caer de una reina oscura, una nueva orden nacerá, es algo que tanto agradecemos a ese puñado de héroes.

»Dime algo, Lächelnd Rhode, ¿realmente es la caída de la Reina Lisa lo que todos anhelan? No. Lo que realmente desean es el orden, la paz como guía para las generaciones futuras. Seguimos los mismos ideales, ¿no lo crees? Por eso creo que no somos enemigos, no tienes razón para seguir sufriendo aquí. Solo... Déjanos hacer lo que tenemos que.

Dicho todo esto, Belibeth extendió sus manos hacia los lados, como si estuviese ofreciendo una oferta que no podía rechazar.

Lächelnd solo lo miró con profundo asco, no creí que ella fuese capaz de mostrar una expresión como aquella. De verdad debía estar furiosa.

En cuanto a mí... Mi mente trataba de entender muchas cosas a la vez, pero ninguna de ellas tenía suficientes elementos para forjar una fuerte conclusión.

¿Frieden y Tsuno no estaban relacionados? La única razón por la cual yo me encontraba en este mundo era gracias a ese bastardo de sombras. Él me había convertido en esto, una Akubat rara que bien podría valer algo para muchas personas, aquél niño loco entre ellos. Sin embargo, Tsuno era un guardián de la Reina Lisa, y Frieden esperaba con ansias la muerte de esta.

«Aléjate de Frieden.»

¿Algo se me estaba escapando?

Venían por la albina... La única albina en esta villa era Gabrielle. ¿Por qué rayos querrían a Gabrielle?

«¡Soy la poderosa descendiente de los odd-eyes! ¡Gabrielle McCloud!»

¿Podría ser? ¿Era factible?

¡No entendía nada!

—¡Korelia! —El grito de Lächelnd me ayudó a espabilar—. No te preocupes, estos bastardos no te llevaran a ningún lado. Incluso si me cuesta la vida, ¡no dejaré que nada te ocurra!

Blumengarten: Sobreviviendo en este mundo como una chica murciélagoWhere stories live. Discover now