Parte 1
Según me enteré en la primera semana que estuve aquí, había llegado a la villa Utah al iniciar el noveno mes. Conforme avanzaron los días, la temperatura continuó descendiendo, formando un clima tan gélido que tuve muchas ganas de conseguir una bufanda igual que la de Gabrielle, pero Hayashi no me consiguió una.
Como sea, por difícil que paresca ya estaba en el décimo mes. Llevaba un mes aquí, en el mismo lugar.
No era para nada como en un videojuego. No había niveles, no desarrollabas habilidades especiales a través de ningún sistema de puntos. Solo había una forma de volverme lo suficiente fuerte para valerme por mi misma y buscar a Mayu: entrenamiento de cazador.
Lo llamaban entrenamiento, pero en realidad se sentía más como un estudio muy básico. Gabrielle se quejaba constantemente de ello.
Pero según el profesor Gupta y Chika, era importantísimo aprenderse el nombre de cada hierba o seta que se pudiera encontrar para no morir envenenado. Tambien tenía que aprender sobre las diferentes rocas y minerales que podían extraerse de la tierra e incluso aprender a orientarse a través de las estrellas, para lo que estudiábamos algo similar a mapas celestes.
¡Pura basura!
En un mes, no había aprendido gran cosa que pudiese servirme. El profesor Gupta explicaba todo y hacía muchas preguntas diarias, pero nunca fui buena reteniendo información. El hecho de no saber leer tampoco ayudaba mucho.
Si no fuera por Chika no sé como sobreviviría. Ella me enseñaba la lectura estándar de este mundo tres noches a la semana. Como sus padres no se encontraban nunca en casa, ella disfruta mucho de hacerme compañía. Ella no había vuelto a decir nada confuso sobre un "nuevo mundo" desde la primera vez que me visitó en mi habitación.
¿Qué es lo que había tratado de decir? No lo sabía. Incluso existía la posibilidad de que hubiese escuchado mal —aunque con mis sensibles orejas eso era algo muy difícil.
Pero durante este mes había tenido algo más importante de que preocuparme: el Kobold.
Durante las últimas dos semanas, esa criatura había atacado a cinco criaturas de carga. Por fortuna no había bajas entre los habitantes, pero por lo mismo nadie había sido capaz de verla.
Las misiones de escolta, solicitadas por los mercaderes que tenían que dejar constantemente la villa, se popularizaron en el gremio. A la vez, prácticamente el resto de misiones habían sido bloqueadas. La prioridad de todo cazador tenía que ser encontrar al Kobold.
Escuchaba muy seguido a la gente lamentarse del retiro de Gupta. Ese apuesto hombre era reconocido como el mejor cazador que la villa había tenido jamás. Participaba en las vigilancias nocturnas, por supuesto, pero no estaba en condiciones de mantener un encuentro directo con el Kobold.
Esperaba que no le pasara nada malo. De todos los adultos, sin contar a la Recepcionista, era él quién mejor trato me daba a pesar de ser una Akubat. Era tan fuerte y amable... simplemente era imposible no admirar a alguien como nuestro entrenador.
Y ahora mismo ese sensacional hombre estaba mirándome mientras... ¿Me dirigía la palabra?
—... escuchándome?
—¡Lo siento! ¿Qué dijo?
La clase estalló en carcajadas, provocando que me ruborizara. ¿Por cuánto tiempo había estado embobada sin prestar atención?
El profesor Gupta sonrió, divertido.
—Estaba diciendo que haremos la primera investigación de campo del año.
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Blumengarten: Sobreviviendo en este mundo como una chica murciélago
FantasyTras el asesinato de su familia a manos de un incomprensible ser, Korelia es arrojada a un mundo fantasioso, donde adopta la forma de una las criaturas más aborrecibles del lugar: una semi-murciélago. No por su apariencia, sino por la mala fama de l...