Parte 5
Un pequeño silencio cayó en el gremio. Hayashi miraba alternativamente al profesor Gupta, a Ika y a mí, con la boca abierta de la sorpresa. Antes de que pudiera decir algo más, los demás entre la concurrencia estallaron en protestas.
—¡¿Qué significa esto, Hayashi?!
—¿Es qué piensas dejar que un Akubat se entré al gremio, Gupta?
—¡¿Cómo pueden pensar en eso?!
Se veían molestos, realmente molestos. Pero no lograba entender porque tanto odio hacía mí. Vamos, varios de los que ahí estaban alegando eran los mismos que una noche atrás habían forzado a Hayashi a cuidar de mí. Y hablando de Hayashi, este se agachó para poder susurrarme al oído:
—¿Qué has hecho, Korelia?
—Yo solo firmé un contrato y...
—¡Firmaste! ¿Estás demente?
—Pero, Hayashi —dije manteniendo el susurro— si me uno al gremio dejaré de ser un problema para ti.
—¡Ahora solo eres un problema mayor! Ni hablar, no firmaré.
No pensé que se molestaría tanto por esto. Y la gente dentro del gremio se alebrestaba cada vez más. Solo era un pequeño curso ¿Qué había de malo con eso? Pero parecía ser grave para ellos, pues se acercaban cada vez más a mí, con aspecto intimidante. No pude evitar retroceder.
—Es suficiente —dijo Gupta.
El apuesto hombre se situó por delante de mí y Hayashi. Aunque había hablado con calma, podía notarse un dejo helado en su voz. No pude ver su mirada, así que no entendí porque todos los presentes callaron de inmediato. Al parecer Gupta era alguien que imponía respeto.
—Esta niña entrará al curso de cazadores —dijo tajante— ¿Qué hay de malo en eso?
—¡Es una Akubat! —gritó un hombre entre los inconformes—. ¡Esa raza está maldita!
—No podemos juzgarla a ella, es solo una niña. —Gupta miró a cada uno de los presentes—. Recuerden el legado de la Paz de Stella. Todos lo conocen, ¿o no?
¿Paz de Stella? ¿Era aquello una especie de código de cazadores o algo así? No sabía hasta qué punto aquello podía ser importante, pero en aquel momento no me importo demasiado. Estaba demasiado ocupada admirando lo genial que Gupta se miraba.
—Qué bien que mencionas a la Paz de Stella —dijo otro hombre. Esta vez uno corpulento con cuernos de toro en la cabeza—. Ya que ellos derrotaron a la antigua comandante de los Akubat. ¿Y qué hicieron los malditos tras la caída de su líder? Todos huyeron al norte a seguir a Lisa. —Me señaló con saña—. No hubo uno solo que se pasara a nuestro bando. ¿Crees que podemos confiar en ella?
—Creo que olvidas un hecho muy importante, Bruno —le recordó Gupta—, y es que esta niña es hija legitima de Hayashi. Sé que eso no es garantía de que sea una niña completamente de bien, pero ¿Realmente piensas que pueda albergar maldad?
—Eso... —Bruno pareció titubear. Sin embargo, recuperó el aplomo al dirigirse a Hayashi—: ¡Explica de donde salió esta niña, Hayashi!
Enseguida se vio apoyado por el tumulto que parecía crecer conforme avanzaban los minutos. No es que todos estuvieran en mi contra, o al menos eso quería creer, pero era normal que tanto escándalo atrajera cada vez a más curiosos.
—¡Habla, Hayashi!
—¿¡De dónde sacaste a la niña!?
La presión que ejercen sobre Hayashi era brutal. Sabía que estábamos metidos en un gran problema. ¿Qué se supone que íbamos a decir? Él me dedicó una mirada asesina... oh, qué bonito era el techo, me habían nacido unas ganas enormes de admirarlo por el resto de la mañana.
YOU ARE READING
Blumengarten: Sobreviviendo en este mundo como una chica murciélago
FantasíaTras el asesinato de su familia a manos de un incomprensible ser, Korelia es arrojada a un mundo fantasioso, donde adopta la forma de una las criaturas más aborrecibles del lugar: una semi-murciélago. No por su apariencia, sino por la mala fama de l...