Capítulo 04: El momento de elegir un arma (2)

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Parte 2


—Pareces tener mucha hambre.

—Hayashi solo me dio un mugre pan, ¿espera que con eso aguante hasta la noche?

Con la cabeza sobre mi pupitre, me quejaba de lo mal que lo estaba pasando con mi alimentación. A mi lado, Chika me miraba con una mezcla de preocupación y algo de lástima, seguramente pensando en la extraña relación padre-hija que había entre el cazador borracho del pueblo y yo.

¿Qué pasaría si le dijera que Hayashi en realidad no era mi padre? Mala idea, tendría que explicarle un montón de cosas que probablemente no me creería. ¿Oh sí?

—Dime algo, Chika —Tuve un momento de inspiración—. Tú sabes muchas cosas, ¿cierto?

—Solo sé lo que he leído —replicó la arachne. Eso era más que suficiente, supongo.

—¿Has leído algo acerca de gente invocada de otros mundos?

Una parte de mi —quizás la mayor parte— esperó a que Chika me mirara con extrañeza, pensando en que aquello sería una pregunta sin precedentes. Seguramente creería que el hambre estaba provocando desvaríos en mi mente. Pero esa parte se equivocó: con una amplia sonrisa, Chika tomó aire para hablar, satisfecha de compartir conocimientos.

—Bueno, dicen que cuando nuestra vida llega a su fin, en realidad traspasamos a otros mundos —explicó—. Algo así como un lugar místico, conocido coloquialmente como el reino de los muertos.

—¿Y eso que tiene que ver con las invocaciones?

—Los nigromantes, por ejemplo... Ellos invocan muertos, ¿no? Si es verdad que existe un mundo de los muertos, entonces podemos decir que estos vienen de otro mundo.

Asentí en silencio, pensando cuidadosamente en sus palabras. A primera vista no parecía información importante, pero ¿podría relacionarlo conmigo de alguna forma? Después de todo Tsuno había matado a mi familia, ¿y si yo no fui transportada directamente? ¿Y si había sido asesinada para poder ser invocada aquí? ¿Eso volvía a Tsuno en un nigromante?

No. Si lo pensaba con cuidado, Chika había dicho que los nigromantes invocaban muertos desde el «reino de los muertos». Yo había sido invocada directamente desde mi casa, en la habitación de Mayu. Además, no era una zombi ni nada de esas cosas.

—¿Korelia? Oye, Korelia, ¿sigues ahí?

—¿Eh? —Di un pequeño respingo—. ¡Lo siento! Me distraje un poco.

—Cualquiera se dormiría escuchando las tonterías de Mashiro —terció una voz detrás nuestro—. ¿Reino de los muertos? Pff, pamplinas.

El día de hoy Gabrielle había optado por dejar su asiento preferido —ubicado en la esquina junto a la ventana— para acercarse a nosotras. Ahora escuchaba con cara de aburrimiento nuestra conversación, sentada justo detrás de Chika. Sé que era su manera de demostrar que quería estar más tiempo juntas, pero aun así no podía esconder que había elegido aquel asiento para poder ignorar a Gupta cuando hablara, parapetada por el voluminoso cuerpo de nuestra amiga pelirosa.

—¡No son tonterías! —reclamó Chika—. He leído muchos libros al respecto. Es obvio que los muertos ya no están en este mundo, ¿desde dónde crees que son invocados?

—Son solo cadáveres controlados por medio de magia —rebatió Gabrielle—. Si de verdad regresaran podrían hablar y esas cosas. Pero solo se limitan a moverse como marionetas.

—Leí que uno de los guardianes de la reina Lisa realmente puede traer a los muertos... ¡con todo y memorias!

—Pruebas, quiero pruebas... ¿No las tienes? Entonces no puede ser verdad.

Blumengarten: Sobreviviendo en este mundo como una chica murciélagoWhere stories live. Discover now