Capítulo 01: Así comienza esta historia (4)

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Parte 4


Según me dijo Hayashi, muy molesto, faltaban dos horas para anochecer. Me llevaba en brazos a la posada donde habríamos de pasar la noche. Quizás era el efecto del alcohol, pero no podía dejar de carcajearme en todo el camino.

—Ahora la has armado, niña —dijo con un humor de perros.

—Vamos, Hayashi —dije sin parar de reír—. Ahora podemos ser amigos, ¿no? Ja, ja, ja...

—¡Cierra la boca! ¿Qué se supone que haré con una niña?

—Tienes prohibido hacer cosas sucias —respondí haciendo pucheros.

Mi cabeza estaba entre las nubes a causa del licor.

Cielos, no pensé en eso. ¿Qué pasaría si me cobraba la broma de aquella manera? ¿Cómo me iba a negar? Pero Hayashi no era aquél tipo de persona... ¿Verdad?

Entramos en la posada. ¿Cómo era la posada? En aquel momento mi mente estaba demasiado nublada como para describirla. Solo sé que era de madera (como todo en este pueblo), con nieve en el techo, dos o tres pisos y un letrero en la entrada que no podía leer.

Un hombre de edad media estaba en el mostrador. Era un hombre de aspecto serio y curtido, con una cicatriz en la mejilla izquierda.

—Hayashi —saludó el hombre con extrañeza—, es raro verte por aquí.

—Ni que lo digas, Ruth. Dame una habitación para mí y la niña.

En un principio, aquél hombre me miró con una mezcla de miedo y asco. Se recuperó con rapidez, mirando a Hayashi con vehemencia para preguntar:

—¿Quién es ella?

—¡Soy su hija! —respondí en lugar del hombre. Sentía que vomitaría en cualquier momento—. ¡Dubidubidubi! ¡Ja, ja, ja!

El señor de la recepción, Ruth, no preguntó nada más y nos llevó a nuestra habitación, donde Hayashi, muy avergonzado, me tiró de cara al suelo.

—¡Hey! —grité molesta—. ¿Qué demonios te pasha? ¡Quieres pelea!

—¡Niña tonta! ¡Mi licor no es para niños!

—No shoy una niña —repetí con exasperación—. ¡Tengo 22 años!

—¿Otra vez con eso? Por tu culpa ahora tengo...

—¡¿Tienesh qué?! ¡Para ti es muy fácil! ¡Tú madre no she murió justo el día de hoy!

Las lágrimas inundaron mis ojos, pero no tenía sentido reprimirlas. Solo estábamos Hayashi y yo, ¡Qué más me daba que ese tonto me viera llorar! Se supone que era un cazador, pero... ¡Mas bien era un patán!

—Mi padre... Mi padre murió hashe algunos años —continué, desahogándome—. Hoy tuve que ver el cadáver de mi madre y... y... ¡De Mayu!

—Oye, cálmate —pidió Hayashi consternado—. ¿Quién es Mayu?

—Mi hermana, ¡Buaaaw!

—¡¿Tienes una hermana?!

—¡La tenía!

Seguí con mi llanto. Aun cuando Hayashi abandonó la habitación, no fui capaz de controlarme.

Supuse que había logrado hartarlo con mis tonterías. Pensé que lo mejor fuera de allí. ¡Eso haría! Me marcharía, me marcharía de aquí para no volver.

Traté de detener mis lágrimas... ¡No podía!

Tras una media hora, al fin pude calmarme y me puse en pie. Buscaría la manera de conseguir información sobre Tsuno, cualquier cosa que pudiera serme útil. Lo buscaría por dónde fuese necesario. Recuperaría a mi hermana, costara lo que costara.

Blumengarten: Sobreviviendo en este mundo como una chica murciélagoWhere stories live. Discover now