Blumengarten: Sobreviviendo en este mundo como una chica murciélago

Capítulo 01: Así comienza esta historia (3)

Parte 3

—Por cierto, niña...

—¿Qué es lo que quiere?

—Que dejes de hablarme tan formalmente —exigió Hayashi, caminando entre la gruesa nieve con dificultad—, te arrepentirás de hablarme con tanto respeto cuando conozcas sobre mí en el pueblo.

—¿Pero no dice ser un cazador?

—Sí, pero... Bueno, no importa, solo no me gusta que me hables con tanto respeto —me miró con cierta molestia—. Qué una niña me hable así me hace sentir muy viejo.

No era una niña, pero no iba a creerme eso. Al menos comprobé algo al contarle la historia a este hombre: Sería imposible que alguien creyera que había llegado desde otro mundo. Lo mejor era mantenerlo en secreto por un tiempo.

—Hayashi, ¿a dónde vamos exactamente?

—La Villa Utah. Está justo a las faldas de la montaña. Es uno de los por aquí donde aún se puede vivir en paz.

—¿Acaso hay alguna guerra?

Hayashi se detuvo para observarme con un gesto difícil de leer. Era como si mi pregunta lo hubiese sorprendido.

—¿No lo sabías? Hace algunos años la Reina Lisa tuvo su primera gran victoria sobre los héroes que osaron desafiarla, permitiéndole así obtener más fuerza en este continente. —Dicho esto se frotó el mentón, pensativo—. Aunque hay rumores que dicen que hablan sobre un nuevo grupo de héroes que se ha formado, y que han logrado derrotar a dos de sus comandantes.

»Pero eso no nos preocupa por aquí. Como ya dije, podemos estar en paz.

—Entonces —miré a Hayashi con ganas de más información—. ¿No hay ninguna amenaza por aquí?

—Las amenazas más significativas son bestias como la que te atacó. Nada realmente preocupante si las evitas. Ciertamente hay muchas razas que se han aliado a la Reina Lisa, pero están en el frente de batalla, sin prestarle atención a lugar como este.

—Así que todo está en paz. —No podía creer aquello después de la manera en que había sido traída hasta aquí.

—Sí, pero todo cambia si te acercas al norte del continente: Matanzas, ataques masivos, guerras de diferentes bandos, la reina tratando de dominar todo Blumengarten.

—¿Blumengarten?

-Sí, niña, ya sabes, el mundo por completo.

Guardé silencio.

Así que este mundo se llamaba Blumengarten, o al menos así era llamado por Hayashi. Parecía que estábamos realmente lejos de todos los problemas que acontecían a este mundo, eso era conveniente.

Incluso había gente que ya estaba logrando avances en la lucha contra el mal que aquí asolaba. ¿Por qué había sido transportada a un lugar así?

—¿Realmente no sabes nada de esto, niña? —me preguntó Hayashi, perspicaz.

—No, es la primera vez que escucho esto —respondí, negando con la cabeza—, en verdad ni siquiera entiendo quien esa tal reina.

—¿De dónde dices que vienes?

No respondí.

De cualquier manera, ya le había hablado con la verdad. Que no me creyera era algo que no consideraba mi culpa.

En su lugar, decidí contraatacar con otra pregunta. Acababa de recordar algo muy importante.

—Oye, Hayashi ¿Qué es Frieden?