Bodas y Escape

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Tal vez la mejor decisión de James no fue pelearse con Trouble un día antes de las vacaciones de navidad, por qué ahora, llegando a Kings Cross acompañado de los merodeadores, siendo recibido por sus padres, se preguntaba: ¿Cómo estaría ella? ¿Habría venido con ellos? ¿Se llevaría bien con sus padres?

Los amigos se despidieron luego de saludar a Euphemia y Flemont Potter. Peter fue con su madre, Donna, quien se despidió de los amigos de su hijo a lo lejos. El cabello rubio desapareció por la pared mientras abrazaba a su hijo.

Remus debía encontrar a sus padres cerca del callejón Diagon para comprar las pócimas que usaría esa luna llena. Sirius, claro estaba, se iría solo. Mientras hablaba con los Potter noto a su hermano y su progenitora irse sin mirar atrás.

No le importaba.

...

Sirius estaba seguro que esas vacaciones de navidad estaban mil veces más insoportables que cualquiera de las pasadas.

Si no fuera porqué su prima Bellatrix celebraba su boda ese primer fin de semana, ahora mismo estaría con los Potter, probablemente bebiendo chocolate caliente y mostrándole a papá Flemont los discos que Trouble le regalo.

Trouble.

Bebió otra vez de su copa de champagne, aburrido, ¿Que le estaba pasando a Trouble? Observo a Bellatrix, ahora Lestrange, reír con Rodolphus fingidamente, declinó un pasabocas de parte de un elfo y siguió con sus pensamientos.

Ese matrimonio no era por amor, eso estaba claro, la sangre primaba por sobre todo en la sociedad de los sagrados 28 y esa era tristemente su sociedad. No tenia claro por qué le sorprendía un casamiento carente de sentimientos. Es decir, era su familia de quién hablaban.

En la chimenea de la gran mansión se escucho un ruido, un nuevo invitado, de las grandes puertas salio Andromeda Black con Nymphadora en brazos, vio a su madre fruncir el ceño severamente y caminar a pasos apresurados en la dirección de su prima y sobrina favorita; tenia la varita al alcance de la mano así que notando el peligro se tomo de un zarpazo el resto del licor y corrió tras ella.

...

Corria, sentía sus piernas arder, sus pulmones cansados, sus brazos adoloridos, su mente nublada, sus párpados pesados.

Corria por algún lugar lleno de robles, corria en alguna esquina de Irlanda, ataviada solamente con un vestido azul, detrás seguia escuchando ruidos.

Resbaló, callo en medio de raices visibles de árboles inmemoriales, se levantó tan rápido como pudo sintiendo la punzada de dolor en su costilla y un corte en su mano.

Corrió aún más a pesar de los golpes, estaba acostumbrada a los moretones.

Cerca de una pequeña población, población que había sido obligada a aterrorizar, encontró una esfera de nieve. La tocó y se apareció.

Entro por las grandes puertas de la oscura mansión. Los presentes voltearon a verla, centraron su vista en su mano chorreante.

-Niña estúpida, ¿Dejaste tu sangre?

Torció los ojos y salió del cuarto.

...

Cuando llego Walburga sostenía, de una forma que parecía dolorosa, el brazo de su sobrina, su sobrina que borro del árbol familiar en cuanto se caso con Ted Tonks.

Espina de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora