Sangre, Ignorancia y Ojeras

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Sangre.

¿La sangre importa? Por favor, no hablemos de ella como el compuesto químico que está dentro nuestro. ¿La sangre importaba realmente?

Sirius, y todas aquellas personas que le agradaban, opinaban que no. Por eso le agradaban.

Algún antepasado Prewett creía que si, por lo menos la generación actual había cambiado eso.

Los Black, como tantos otros de los sagrados 28 aseguraban la diferencia entre los distintos magos. Pero eso realmente no tenía trascendencia hasta hace unos años.

Voldemort creía en la pureza de sangre y eso era aún más preocupante considerando el encabezado del profeta.

"El que no debe ser nombrado ataca de nuevo"

Si, bueno. ¿Quien mierda se creía este tipo?

Sirius estaba sentado en la cama de James leyendo el periódico mientras los demás desayunaba abajo creyendolo dormido.

Tomo una pequeña tachuela de la pared y pincho su dedo con ella. Una pequeña gota de sangre emergió como si buscará un nuevo mundo.

Roja, tan roja como el vino tinto, roja como el color del escudo Gryffindor, roja como la mermelada de cerezas. Roja como los labios de Trouble.

Sirius sabía que la realeza, en siglos pasados por lo menos, habían dictaminado que tenían sangre azul. El término, si bien seguía siendo usado, no era algo literal. Pero ¿Y el?

Su madre le insistía de pequeño en que su sangre era pura, inmacula, intacta, limpia y perfecta. Imaginen su sorpresa cuando, a los cuatro años y jugando con la máquina de afeitar de su padre, corto su bello rostro.

Tocó la cicatriz como recordando, su susto al ver ese líquido rojo salir de él. Como su madre le había regañado mientras le explicaba que eso era sangre.

No era blanca, su sangre no era blanca. No era pura, y limpia como le aseguraban.

Días después, cuando se escapó a jugar, esta niña muggle se cayó de unos patines, raspando su manita, llorando a su padre.

Roja, la sangre de ella también era roja.

Entonces, ¿Cual era la diferencia?

Sirius entendió que no existía tal.

Tocaron la puerta, limpio la gloria de sangre con su boca y se levantó rapidamente encontrando en la puerta a James.

Le preguntó cómo se sentía luego de su desmayo repentino, el mintió al decirle que bien. Bajaron juntos y mamá Euphemia le sirvió té.

Los muchachos se habían ido la tarde pasada luego de gritar y exasperar se cuando Sirius cayó inconsciente. Hoy era navidad y sabía que allí abajo habrían regalos para el. Regalos que no podía devolver por un tiempo.

Sabía perfectamente todo de su cuantiosa fortuna pero no pensaba aceptar un centavo, sobre el cadáver de sus padres. Pero estaba seguro que nunca había extrañado tanto el dinero como cuando Flemont le regaló una nueva escoba y el no tenía nada que regalarle.

Fue una excelente velada donde no se mencionó ni una vez el tema de Trouble, de la magia oscura o de su antigua casa. Una perfecta y hermosa burbuja de ignorancia.

Espina de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora