Susurros, Martini y Sangres Puras

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Hablaba de manera muy literal, de verdad pensó que iba a morir.

Y no tenía que ver necesariamente con el modo en que Trouble claramente había ido a su baúl y buscado el vestido más corto, ceñido y transparente del mundo, no. No necesariamente ese pensamiento cruzo por su mente por el color negro y los espacios dónde se entreveia la piel, ni por el cabello recogido, como había sospechado, en una coleta que exponía su cuello. Y ciertamente no era porque sus labios estaban oscuros y sentía que si se atrevía a mirarlos por más de tres segundos se iría directamente al purgatorio.

No, más bien tenía que ver con que su aspecto seguramente le proporcionaría atención masculina. Claramente no era algo nuevo de ver , más bien sospechaba que se armarian hordas con tal de ver esa sonrisa ladeada pintada de borgoña y el tendría que ser aniquilado en su primera misión por su poco entrenamiento y porque su compañera estaría seguramente intentando quitarse a los tipos de encima.

Si, el pensaba que moriría.

Aunque, si elegía un camino más optimista, morir de un infarto por como las caderas se acoplaban a la tela del vestido sería una muerte maravillosa.

-¿Acabaste? —sonaba cansada— si terminaste de verme como si tú única compañía fueses tú y tu mano durante los años de la adolescencia te pido que bajes y nos vayamos.

Los tacones resonaron en el piso de manera cuando bajaba los escalones. Sirius volteo para ver a sus amigos esperando una indicación de que hacer. James los vio a todos, medito un momento con la mano en al barbilla mientras asentía y soltó.

-Mucha suerte muchacho. No dejes que la toquen.

Sirius no podía prometer eso por más que quisiera. Y quería. Así que solo asintió con el ceño fruncido y bajo las escaleras.

Lateral a uno de los tantos cuadros extrañamente pintados de la antigua casa había colgado un gran espejo y no pudo evitar repasarse a si mismo en el. Nadie le había dicho que usar y francamente se habría avergonzado de preguntárselo a Trouble, así que optó por dejar de lado su típica vestimenta y vestir algo elegante, considerando, claro, que se podía cambiar en un par de minutos si Trouble así lo veía necesario.

Se pasó al mano por el cabello y considero cortarlo de nuevo solo para recordar cómo entre James, Peter e increíblemente Remus lo habían TRASQUILADO la última vez que el cabello le cubría los hombros.

Nah, se vería como un holgazán de pelo enmarañado pero jamás como un deforme con orejas raras. Nunca más.

-Explicame como tú te demoras menos que yo en estar lista y aún así te ves mejor.

Ella le sonrió.

-Muy simple Canuto, soy más atractiva que tú, no me debo ni esforzar.

...

El traslador había sido una bota vieja y corroida, que había logrado hacer gritar a Sirius cuando sintió el tirón en el ombligo y como el mundo se doblaba sobre si mismo para poder llevarlos a su destino.

Alemania.

Las calles estaban ciertamente desiertas, comprobaron sin embargo que el pueblo era mágico cuando un hombro recostado en la interperie y que desprendía un fuerte olor a alcohol empezó a flotar después de su último trago a la botella que sostenía con fuerza.

-Vamos, es por aquí.

Trouble empezó a caminar apresuradamente por lo que parecía una calle principal y sus tacones increíblemente no hacían un solo ruido en las calles de piedra. Al final de la amplia vía se escuchaban estruendos provenientes de un pequeño local que seguía abierto.

Espina de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora