-Ya te dije que no te quiero cerca, Potter.
Lily estaba por patear a James en la cara mientras se concentraba en que sus puños protegieran su rostro lejos de los golpes de lo que parecían hologramas peleando en su contra.
-Venga Lily flor, dos pueden más que uno —le aseguro con una sonrisa galante.
Ella le respondió con una ceja alzada y sonrisa confiada lanzandose en contra de los reflejos celestes de sus atacantes.
Lanzaba puños a diestra y siniestra sin poder evitar pensar lo fácil que sería pelear con varita en mano. Había algo en la magia, en saber que la poseía, en saber que la tenía a su favor, que nunca la dejaba olvidar lo especial que era. Lo especial que se había vuelto desde que llegó su carta. Las luces neon que brillaban en su vida en sombras grises.
-Puedo solita, Potter —se giro para verlo orgullosa de si misma por la decadencia de sus oponentes.
Lily luchaba más que los demás, practicaba más que los demás y dormía menos que todos. Así había sido siempre, había una pequeña espina en el fondo de su mente que no la dejaba tranquila, recordándole espontáneamente que de alguna manera este no era su mundo. Que no merecía la magia que tenía y por ello se obligaba a trabajar más duro de los que se esperaría.
-Cuidado, Sun —Trouble descansaba en un sillón que Remus había transportado a la sala de entrenamientos luego de que la misma se negara a dejarlos practicar solos o acompañados de Ojo Loco.
No logro voltear a tiempo su cuerpo y por el rabillo del ojo encontró un movimiento dirigiéndose a ella. Cerro los ojos preparándose para el golpe que no parecía querer llegar. James se había abalanzado en contra de la figura humana que tenía instrucciones precisas de pelea.
Aguantando los gruñidos de dolor, y sabiendo que su cuerpo aguantaba más cuando se oponía a pensar en los golpes recibidos, arremetió en su contra usando sabiamente los codos hasta que la figura se desmoronó.
Con la respiración acelerada y los lentes en el suelo se empeño a dejar atrás el dolor y acercarse a Lily para preguntarle si estaba bien. Severus se acercó primero preocupado de igual manera y recibiendo las respuestas que el deseaba. Soltó un bufido y recupero sus lentes rotos en una esquina para limpiarlos con su camisa de algodón.
-Hey, no le des importancia. —Trouble, acercándose a pasos lentos pero seguros, le tranquilizó pasándole los dedos por el cabello sudado en un esfuerzo inalcanzable por mantenerlo en orden.
-No se la doy —contesto intentando sonar desinteresado. Fallando.
-Creeme James, ella te quiere, solo es demaciado...obstinada.
El le hizo bajar el brazo, preocupado por la herida que se mantenía cubierta.
-Lo sé, lo he sabido desde los once. —le calmo con un brillo en la mirada— ¿Que hay de ti y Sirius?
Ella parecía desconcertada por la pregunta.
-¿Que hay de que?
El la veía incrédulo, observando tras ella como Sirius le preguntaba a Regulus si la poción que había realizado era segura para la sanación de Trouble.
-Venga Trouble, es mas que obvio que babean el uno por el otro.
Ella torció los ojos luciendo ligeramente ofendida.
-¿De dónde sacas eso? Está bueno, si. Esta bastante bueno, pero lo sabe demaciado bien como para tolerarlo en la cama. Apuesto que gime su propio nombre.
James no evito una carcajada sonora mientras se dirigían a las botellas de agua que Trouble preparaba para los entrenamientos.
-No ha lo solo de la cama, lo sabes bien. Más bien, preferiría que habláramos de todo menos de mi mejor amigo en la cama.
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Espina de rosa
General FictionAsí como se conoce la reputación de Sirius Black de completo mujeriego, en Hogwarts se sabe de forma similar a Trouble Boredieng. Su nombre es sinónimo de sensualidad, belleza y sobre todo acostones, la población masculina de Hogwarts recuerda su ll...