Doctores, Sed y Manos que prometen

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Dedicado a: @ Mi profesora de cálculo que me pone ejercicios de tercer semestre de ingeniería. La odio pero no le deseo el mal, solo que la atropelle un burro <3

¿Habría un doctor que curara el sonido de los huesos? Es decir, alguien que ayudase a Sirius cuando se levantó de ese sofá, al lado de la cama de Trouble, y que logrará que sus articulaciones no dolieran cuando se estiraba.

Apostaría a que si, los muggles sabían mucho de muchas cosas después de todo.

Su espalda era la más afectada y cuando entro a la cocina, con el objetivo de tomar algo de sopa para el y para Trouble, Peter no contuvo la risa sugiriendole usar un bastón.

Les informo a los chicos de su descubrimiento, esperando una respuesta.

-¿Y entonces, que opinan?

-Sabes que nunca me atrevería a ofenderte a ti y a tus habilidades mágicas, después de todo eres un gran mago Sirius. Tampoco voy en contra de tu búsqueda que obviamente fue extensa, pero debo admitir que me preocupa un poco el hechizo. El encantamiento es demaciado antiguo, y si no lo remodelaron luego de la toma del ministerio, debió ser por algo.

Sirius asintió conforme con la respuesta de Remus, sabía que era algo peligroso considerando que luego de la toma del ministerio, aproximadamente 200 años atrás, los hechizos que se usaban en ese entonces fueron re-formulados o prohibidos para el uso de los magos. Y la creación de un hechizo debe ser aprobada y vigilada por el ministerio mismo, así que si, era algo riesgoso, pero ¿Que otra opción tenían?

Le hizo saber todo esto a los merodeadores quienes no demoraron en repartirse labores en la casa y al rededor de Trouble, pero que temprano hablaron.

Cuando Sirius entraba por la puerta del cuarto de Trouble, revolviendo ocasionalmente la sopa para que la temperatura bajara y Trouble no se quemara la lengua, al costado izquierdo de la cama, Dumbledore intentaba tomar en sus brazos el cuerpo inconsciente de su hija.

De inmediato lanzo la taza al suelo y arremetió en contra del brujo. Quien asustado momentáneamente por ser descubierto retiro las manos del cuerpo de la muchacha haciéndola caer de nuevo en la cama y golpearse la cabeza contra la pared creando un ruido sordo.

Su vista estaba, literalmente, nublada. Para ser completamente honesto, simplemente lanzaba sus puños a todo aquello que se movía y confirmaba que acertaba el golpe cuando recibía una exclamación de dolor en respuesta.

Pero pronto manos externas aparecieron para contenerlo. Cuando finalmente los esfuerzos de los tres pares de brazos surgieron efecto, Dumbledore yacía en el suelo cubierto de espesa sangre y con más morados de los que incluso Sirius se habría atrevido a imaginar.

Sin pensarlo mucho lo tomo de la larga batola de mago y lo aprisionó contra la pared.

-¿Que mierda ibas a hacer, eh? Contestame maldito, ya se cayó tu máscara así que no te hagas el inocente conmigo ¿Que le ibas a hacer? —parar de gritar parecía imposible y tenía la ligera sospecha de que si se lo permitiesen, y si no hubiese escuchado una voz femenina llamándole, habría ido a buscar su varita solo para hechizarlo allí mismo.

Si, y no le remorderia la conciencia ni por un segundo.

-Sirius.

Aún tenía la voz rota y su estado decaia lentamente, en picada, con cada minuto que pasaba. Tenía bolsas oscuras bajo los ojos y el rostro demacrado, con los párpados hundidos y los labios secos. La piel que alguna vez parecía sedosa y brillante ahora era opaca y pálida, Sirius calificaría su estado como calaverico, pero quería ser optimista.

Espina de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora