(Capítulo con contenido +18, leer bajo su propia responsabilidad. Igual se que lo leerán pecador@s jajajaja, l@s amo)
La mañana dónde un mal presentimiento le invadió James no estaba, lo habían capturado y Trouble no estaba ahí para que la llevarán en su lugar.
Dumbledore...oh el lo había dicho con toda la casualidad del mundo, con su susurrante voz y los ojos sin brillo como a quien nada le perturba.
-Los Mortifagos los descubrieron, la señorita Evans se encuentra en San Mungo pero se desconoce el paradero del señor Potter.
Grito, grito por horas, hasta que sus cuerdas vocales se negaron a funcionar y el sabor de la sangre invadió su boca.
Lloraba constantemente siempre dándole la espalda a los merodeadores restantes. Sirius había abierto sus ojos como viendo a la muerte viniendo hacia el. Remus se vio obligado a poner una mano en su pecho sintiendo de repente que la noticia le rompía el corazón. Peter no aguanto y salió a los terrenos aledaños, escapando de la vista, corriendo sin destino.
No sabían si lo volverían a ver, no tenían idea de cómo estaba si siquiera aún existía. Nada.
Se odiaban, Trouble tomo una copa de la cocina, rompiéndola contra el mesón con propósito de arrancar la vida de Dumbledore con ella, pero el había huido de nuevo.
Empezó a destrozar el lugar, haciendo añicos los platos y cualquier elemento de vidrio que encontrase a su alrededor, los muchachos restantes, de alguna manera se pelearon entre ellos. La tensión del momento hizo que las culpas y los reproches supuestamente superados salieran a relucir y ahí estaban, a punto de molerse a golpes cuando Trouble se derrumbó en medio de la cocina sin saber que más quebrar.
Corrió a su cuarto, se encerró allí y grito más recordando cómo estaba prohibido tomar drogas o beber alcohol desde el nuevo régimen de la orden, régimen que Sirius había impuesto para proteger su cuerpo y su salud.
Pero ¿Para que quería ella ese cuerpo? Esa prisión de oro inútil, manchada, desgastada, mancillada y usada al antojo y conveniencia una y otra vez.
Ella hace mucho había aprendido a odiar ese cuerpo.
Los muchachos también se fueron por cuartos separados optando por evadir la convivencia hasta relajarse, desmayarse o morir. Y entonces pasó.
Sirius, que se había quedado en una de las habitaciones más alejadas para odiar a todo y a todos, y había decidido conjurar una cama maltrecha en el apuro, escucho los toques en la puerta.
-Remus te juro que te partiré la cara si te atreves a entrar. Solo lárgate.
Sirius había optado por mantener la mente en blanco, por lo menos en lo que duraba la noche para detener su mente de volar a los últimos acontecimientos, James, su amigo, no estaba con el. Sabía que si lo recordaba se haría daño y les haría daño.
Y aún con su advertencia escucho el chirrido de la puerta abrirse. Al diablo con todo y con todos, el no podía más con eso. Se levantó de la cama hechando humo y juro en su mente moler a golpes a Remus por no tomar en cuenta su prohibición.
Pero no era Remus.
Era Trouble.
Y no solo era Trouble.
Era Trouble, en lencería negra.
Se quedó sin habla, estaba frente a el, en un conjunto de encaje provocativo y transparente y aún así ocultaba los más profundos secretos de su ser.
Intentaba procesar todo a la velocidad de una supernova y contenia la respiración hasta que todo hizo click. James secuestrado, todos en crisis, Trouble rompiendo cosas, Trouble sin drogas o alcohol y lo único que quedaba era...
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Espina de rosa
General FictionAsí como se conoce la reputación de Sirius Black de completo mujeriego, en Hogwarts se sabe de forma similar a Trouble Boredieng. Su nombre es sinónimo de sensualidad, belleza y sobre todo acostones, la población masculina de Hogwarts recuerda su ll...