¿Cosas icónicas de James Potter?
-Solo deseo que tenga en claro, odiado director, que bajo ninguna circunstancia merece usted mi respeto. Esa venda que había puesto en nuestros ojos ha sido arrancada por su hija y no nos queda más que desearle una muerte dolorosa por ser un hijo de puta.
James podía decir con total confianza que aún tenía muchos comentarios para dirigirle, más supo sintetizarlos lo suficiente como para que las canosas cejas del hombre se alzarán en sorpresa.
-Ya hasta empieza a hablar como mi hija, señor Potter; una completa algarabía de elegancia finalizado con la insolencia de un insulto mal sonante.
-Y es encantador —contrarestó Sirius el comentario de Dumbledore que para el sonó como un insulto.
Estaban en medio de un bosque, o lo que parecía un bosque, o lo que era la ilusión de un bosque. Habían árboles, árboles torcidos de ramas caídas y cortezas rebosantes de melaza y moho.
Árboles que, si te fijabas lo suficiente, parecían tener rostro en los remolinos de su tronco, árboles con raíces visibles que se adherían a el tosco suelo que en algún momento había portado césped y ahora solo portaba muerte.
-Yo amo a mi hija señor Potter.
-Si, y yo amo la luna señor director —el sarcasmo en la voz de Remus Lupin encabezó la conversación.
-Adelante entonces —alzo con ira su tono de voz- háganme el villano, aún cuando lucho para que vivan.
-¿Y quien lucha por ella? —salto con voz rota Peter, sus ojos acuosos sollozando gotas saladas en silenció— quien lucha por SU vida, por su tranquilidad y su...felicidad, su paz.
El gesto de Dumbledore recobro su tranquilidad irritante.
-Ustedes —completo el viejo mago con una sonrisa petulante— ustedes son quienes han de luchar por ella si no quieren que algo malo le suceda.
El asco estaba plasmado en los rostros de los jóvenes, admirados por la falta de empatía e insensibilidad de su director. Sonreía, como si aceptar lo poco que le importaba la vida de hija solo lo volviese mas poderoso.
-¿Que debemos hacer? —soltó James sorprendiendo a los demás presentes.
-¿Estas loco James, porque habríamos de ayudarle a este viejo decrépito que le da lo mismo la vida de su hija? —Remus cuestiono indignado.
-Porque eso no va a cambiar —el tono irritado de Sirius, que se mantenía de brazos cruzados, se hizo presente— nosotros debemos hacerlo porque nadie mas lo hará.
Un silencio blanco se extendió por el inhóspito bosque hasta que unos pequeños y sonoros aplausos causaron eco en medio de la naturaleza muerta.
-Ya veo porque Minerva me hablaba de su inteligencia señor Black. Para serle honesto nunca creí que se tratase de algo extraordinario hasta ahora, por lo menos uno de ustedes entiende la importancia de su presencia y activismo en la Orden del Fenix. Por lo que supongo, que están dentro.
Parecía a punto de darles un abrazo de amplias señas cuando estos asintieron a la propuesta, James se alejo antes de que pudiese agarrarle por el cuello y forzarle el contacto, los demás merodeadores se movieron con igual rapidez.
-Vamos, no se disgusten, solo prueban que son tan Gryffindor como siempre supuse.
Regresaron a la escuela, comprometidos con el viejo hombre a una cita en su despacho al día siguiente para informarles el procedimiento. Buscaron a Trouble por todo el castillo hasta que la ultima opción obvia resulto su habitación, aquella a la que nunca habían entrado.
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Espina de rosa
General FictionAsí como se conoce la reputación de Sirius Black de completo mujeriego, en Hogwarts se sabe de forma similar a Trouble Boredieng. Su nombre es sinónimo de sensualidad, belleza y sobre todo acostones, la población masculina de Hogwarts recuerda su ll...