DAM EN MULTIMEDIA
DISFRUTEN, Y TENGAN CALZONES DE REPUESTO. NO DIGAN QUE NO SE LOS ADVERTÍ
***
— ¿Qué dices?—preguntó confundido. Afirmé.
—Que seas tú, el actor y modelo. Eso es lo que necesitamos por la publicidad. Di que sí. Te pones una de las pantalonetas, haces lo que te digamos y el resto se da solo—negó.
—No soy modelo, Alejandra—lo seguí con dirección al buffet.
—Pero puedes aprender. Porfa—junté mis manos en acción de súplica.
De solo imaginarlo con ese caminado por la piscina, posando a las cámaras como todo un galán, hasta a mí me daban ganas de hospedarme aquí. Aunque tambien me daba calor esa imagen en la cabeza.
Tomó una dona de chocolate. Yo me decanté por un vasito de sandía picada.
—No es momento de aprender ni improvisar—bufé.
—Los modelos no consiguen hacer las cosas como me gustan—susurré—tu caminaste por la piscina despreocupado y eso es justo lo que buscamos—
— ¿Por qué los contrataste entonces?—se rió.
—Yo no los contraté. La agencia de publicidad lo hace. Por favor, Aless—
—No—me pegué de su brazo.
¿Cómo lo convencía?
Eché cabeza, y entonces lo supe. Frené en seco de seguirlo, y sonreí para mí.
Con esto si no podría decirme que no.
—Aless—
—Ya te dije que no—se apoltronó en una de las tumbonas, para comer su dona.
—Ya sé. No es eso. Quería preguntarte. ¿Te acuerdas cuando en Villa Lorena me prometiste que si yo aceptaba lo del matrimonio falso, tú me debías un favor?—se quedó con la comida a mitad de camino entre el plato y su boca.
—Oh no—sonreí malévola— ¿me harás pagarlo con eso?—
—Oh sí. Me debes un favor. Pido que me lo pagues, actuando en el vídeo—rechinó los dientes y vio sin apetito la dona.
—Te odio, Alejandra—se puso de pie, dispuesto a cumplir mis órdenes.
Porque según Mellysa, el para las promesas era muy recto, y si había prometido algo, lo cumpliría costara lo que costara.
Quince minutos después, ya estaba en pantaloneta, descalzo y sin camisa, con su ropa guardada en el cuarto que teníamos reservado para los materiales de grabación. Las maquilladoras lo preparaban mientras charlaban, poniéndole un óleo en la piel, que actuaba como protector solar y ponía la piel brillante para que en pocas palabras, se viera deseable ante las cámaras.
Pero Adriana una de las maquilladoras, no lo estaba haciendo bien. Me acerqué.
—Déjame yo sigo—me pasó el tarro y me puse un poco en la mano—todo tiene que salir perfecto—
Dejé el pote en la mesa, frotando en mis manos el líquido y poniéndolo en sus brazos y pecho. Él sonrió.
—Llevabas mucho tiempo deseando esto, ¿eh Alejandra?—no lo miré a los ojos, temiendo que a través de ellos, confirmara que era así.

ESTÁS LEYENDO
MARIDO POR ENCARGO
RomanceDamaris y su novio Pablo acaban de romper su noviazgo de tres años, y ella no puede estar más feliz al sentirse libre del baboso de su ex. Está dispuesta a tirarlo todo por la borda y comenzar de cero. Así que toma sus maletas y se va a vivir un tie...