ALESS EN MULTIMEDIA
QUE DISFRUTEN
BESOS
***
El fin de semana terminó y volvimos al trabajo. El próximo encuentro para grabar, sería la siguiente semana, ya que Aless tenía reuniones y no podría estar en las grabaciones, cosa que él quería hacer. Así que en la empresa, me concentré en otros proyectos de más urgencia que ya estaban por acabar, y en adelantar un poco el de C&M. Alessandro se me uniría, eso sí, el viernes en la noche después del trabajo, para simplemente ver como lo estaba llevando. Pediríamos unas hamburguesas o pizza para cenar y se quedaría quizás hasta el día siguiente, dependiendo de lo que nos demoráramos en adelantar.
Después de lo vivido en el paseo a Santa Elena, ninguno de los dos dijo nada del tema, ni del beso. Montamos al auto, fuimos a cenar unos perros calientes y llegamos a mi casa, dando las nueve de la noche. Papá ya nos esperaba, queriendo conocer a Aless. Y él no se pudo ir, hasta que mi padre lo invitó a una sola cerveza.
FLASHBACK:
—Al fin te conozco, Alessandro, creí que mi hija no quería presentarme contigo porque la avergonzaba—le di un codazo.
—Claro que no era por eso, viejo—Aless le estrechó la mano, sonriente.
—Le puedo asegurar, señor Julián, que su hija siente por usted de todo, menos rechazo y vergüenza—
—Dime Julián a secas, por favor. Le regalo el señor a mi ex esposa—lo invitó a pasar—y es todo un placer conocerte, muchacho—
—El placer es mío—lo empujé para que entrara bien a la casa, y cerré después la puerta.
—Entra y siéntate. No te quedes ahí parado—obedeció— ¿ya cenaron?—
—Sí. Comimos perros calientes de venida—tomé asiento a su lado, ajustándome más la chaqueta.
—Entonces no rehusarás tomarte una cerveza, ¿o sí?—sonrió.
—Dudo que una sola, me genere problemas para llegar a casa—
Mi padre se levantó para traerla, mientras nosotros nos quedábamos platicando. Y cuando lo miré, él ya me estaba mirando a mí.
—Me cae bien tu padre. Es amable. No sé porque tu madre lo odia—bufé.
—A la única persona que mi madre no odia es a sí misma. Y eso porque no tiene de otra—rió.
—Mariposita, ¿quieres tu tambien una cerveza?—miré hacia la cocina, como me enseñaba una corona.
—No, papá. Gracias—
— ¿A qué es lo que se dedica el?—me preguntó Aless en voz baja, mientras mi padre regresaba con las dos botellas.
—Graduado como historiador, pero ahora es docente en su facultad—afirmó.
—Todo listo. Aquí tienes, Alessandro—él le dio las gracias, mientras mi padre se sentaba con nosotros.
La siguiente hora pasó entre charlas y bromas entre los dos. Risas de mi padre cuando Aless le contó cómo nos tiré a los dos al lago y muecas de Alessandro hacia mí, cuando yo compuse mala cara por hacerme quedar mal. Después mi padre le preguntó cómo le iba con el negocio de los hoteles y al final se enfrascaron en un dialogo de fútbol, por el clásico que hubo el día anterior entre Medellín y Nacional. Mientras eso, yo borraba algunas fotos de la cámara, bastante estúpidas. Daban las diez, cuando Aless se excusó que debía marcharse y se despidió de mi padre. Lo acompañé a la puerta.
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MARIDO POR ENCARGO
RomanceDamaris y su novio Pablo acaban de romper su noviazgo de tres años, y ella no puede estar más feliz al sentirse libre del baboso de su ex. Está dispuesta a tirarlo todo por la borda y comenzar de cero. Así que toma sus maletas y se va a vivir un tie...