Amethyst Wilson ha sido criada con una sola mision; vengar la muerte de sus padres, asesinar a Batman con sus propias manos. Alimentando su odio hacia los superheroes, Amethyst vive con quien es como un padre para ella; Slade Wilson conocido como el...
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AMETHYST SE teletransporto a su único lugar seguro en Gotham, cayendo por el vidrio de cristal del invernadero de su tia Ivy y aterrizando en el suelo de espaldas, escupiendo sangre. Tenia los ojos cerrados y escuchaba los grillos y pequeños insectos a su alrededor, tenia una mano en sus costillas siendo que estaba segura que tenia un par rotas. Abrió los ojos, sentía cada gran y pequeño corte que los cristales del techo de vidrio le habían hecho a su espalda y resto de cuerpo. Vio el cielo como un oscuro manto lleno de estrellas, recordó, no supo porque, tal vez por la contusión o trauma cerebral que estaba teniendo, pero recordó cuando era pequeña y ella les hacía deseos a las estrellas, con la esperanza que la escuchara. Pensó que hacer uno ahora no seria mala idea.
"Por favor...no dejen que mis errores hieran a mis amigos, por favor...déjenme detenerla"
Escuchó unos pasos a su alrededor y el olor dulzón de una flor entro en sus fosas nasales que hizo que todos sus músculos se relajaran, era un tranquilizante, hormonas obra de su tia Ivy. Sentía que el dolor se estaba yendo de apoco solo por el adormecimiento de su cuerpo.
—Te ves terrible, cubo de azúcar—escuchó la voz de Harley y sintió una gentil mano en su cara—. No te preocupes nosotras te cuidaremos ¡Seremos tus doctoras! ¡Pero de la buenas!
Amethyst lo único que pudo dar era un quejido, ya de por si se sentía horrible por toda la pelea que la había dejado malherida, si no caer veinte metros del cielo, atravesando un techo de cristal le había roto casi todos sus huesos. Lo bueno era que ahora estaba al cuidado de las dos mujeres mas locas y creativas de la ciudad.
Cada cierto tiempo perdía la conciencia o despertaba pero no tenia la fuerza de abrir los ojos, lo único que sentía eran los cuidados que su tías estaban haciendo en ella, escuchándolas hablar y haciendo suposiciones de lo que había pasado. Quería hablar pero tenia la garganta seca y en fuego. Busco a tientas la amatista que le colgaba del cuello, pero no la encontró y el pánico se instalo en su pecho, se sentía terrible por no tener la espada de Damian, ¿pero su collar? Era lo que siempre había estado con ella.
Pero cuando recupero la conciencia de nuevo y pudo por fina abrir los ojos, noto que estaba en un colchón suave, el olor dulce de las plantas además de la pequeña luz a su lado, estaba en su habitación del departamento de sus tías. Inmediatamente vio un vaso con un extraño liquido, tenia un post-it que decía "bébeme". Ella con lentitud lo tomo y aunque sabia asqueroso lo terminó en tres largos tragos. Se quito las mantas alrededor del cuerpo para verse mejor.
Harley le había puesto las banditas con caritas y gatitos que le gustaban, su tía Ivy le había administrado varios de esos sueros de color naranja que la curaban de su exhaustación al ocupar sus poderes. Es mas, noto que había ocupado muchas bolsas vacías de liquido intravenoso, a lo menos unas cinco, y ahora una sexta inyectada en su vena. Se sentó, agarrándose el costado, aun le dolía. Notó que en la habitación, custodiando la puerta dormía pesadamente su pantera, Leia, sonrió con suavidad , sin embargo lo que le distrajo fue el sonido del teléfono en la mesita, lo contesto inmediatamente, con la esperanza de que fuera Damian en la otra linea del teléfono.
