6. panther

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—HOLA PRECIOSA

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—HOLA PRECIOSA...o precioso....

—Es preciosa—la vendedora la corrigió—. Eh, tu eres la niña de Slade, Sapphire.

—¿Qué? ¡no! Ese nombre es completamente un nombre porno. Me llamo Amethyst...—se quedo en silencio por unos segundos, dándose cuenta y pensándolo de nuevo—. Diablos; Amethyst Wilson, es un jodido e increíble nombre de actriz porno.

—Eres graciosa—la vendedora dijo

—¿Cuanto por la cría de pantera?—Amethsyt preguntó haciéndole caritas al cachorro quien le dio un gruñido, oh Amethyst ya la adoraba.

—Novecientos.

—¿Enserio?

—Novecientos mil—la vendedora le revelo el verdadero precio.

—Phheew—Harley dijo poniendo una mano en el hombro de Amethyst—. No creo que Slade quiera que tengas una pantera, no la querra en el departamento.

—Y Slade no me dejara gastar novecientos mil en una pantera—Amethyst bufó—. Tendré que hacer....trabajo solitario, mientras Slade no esta.

Sus dos tias dieron jadeos y Harley se vio emocioada.

—¡Si! ¡Hazlo! ¡Hazlo!

—¡Si Amethyst muere será nuestra culpa, Harley!—Ivy le dijo a su novia quien veía emocionada a la niña quien se había subido a una de las jaulas de la vendedora, saco su espada e hizo sonar las jaulas para llamar la atención de todos.

—Ehemm...—todos se direon la vuelta para verla—. Yo, Osleya, ultima Sith del Imperio...

—¿¡Qué demonios es una Sith?!—alguien habló entre el gentío.

—Ofrezco mis increíbles y fantásticos servicios de asesina. Mínimo novecientos cincuenta mil dolores, o esta pequeña pantera y 50 mil dólares. ¡Ofertas ahora!

—¡Ofrezco el minimo!

—¡999 000!

—¡Un millón!

—¡Dos millones!—una ciega y vulnerable anciana grito, haciendo a Amethyst sonreir, podía parecer tu frágil abuela pero ella habia oído las historias de esa anciana. En la segunda guerra habia sido la francotiradora con mayor cuenta de muertos en la union soviética.

—¡Dos millones y tres centavos!—un hombre que tenia unos raros cuernos sugirió, mientras todos comenzaban a murmurar, y la dulce y perversa anciana maldijo en ruso, haciendo a la chica sonreír aun mas, este era su hogar, lleno de asesinoos, ladrones, maniáticos, locos y traficantes.
Y era jodidamente increíble.

—¡Cuatro millones!—una voz se distinguio del publico, Amethyst vio que era un hombre muy alto, traía una chaqueta de cuero y gafas, su rostro era duro y parecía el típico motociclista, le recordaba a Terminator. Ella silbó poniéndose dos dedos en la boca para callar a la multitud.

AMETHYST |damian wayne|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora