Amethyst Wilson ha sido criada con una sola mision; vengar la muerte de sus padres, asesinar a Batman con sus propias manos. Alimentando su odio hacia los superheroes, Amethyst vive con quien es como un padre para ella; Slade Wilson conocido como el...
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FUE EL MAYOR esfuerzo de su vida no vomitar desde ese bautizo. Se sentía sucia e impura desde que había bebido esa sangre, ahora estaba en el palacio de Lilith, comiéndose una hamburguesa ya que aunque tenia sangre de ángel y sangre de demonio, aun así era humana y tenía necesidades. Aun así no se comía con mucha felicidad la hamburguesa como siempre hacía, hace una hora casi vomitaba y todavía pensar en eso le daba nauseas y arcadas. Viendo como el Mar Rojo por fin adoptaba esa tonalidad por las montañas y era muy bonito, sobre todo cuando el sol se ponía en la linea del horizonte en el atardecer.
A sus hermanas súcubos les daba mucha curiosidad la hamburguesa, las tres viendo con las cabezas inclinadas como Amethyst se comía su hamburguesa de doble queso y tocino que ella no sabía como Lilith la había hecho aparecer en medio de Egipto.
Estaban en una mesa larga de piedra, Lilith en la cabeza de la mesa, en la s illa mas grande y alta viendo a su hija comer, Amethyst al parecer era la única que podia estar sentada ya que las súcubos estaban paradas. Las puertas se abrieron, de estas salió un demonio que al contrario de las súcubos, este era horrendo. Era enano, la piel la tenia marcada de pústulas, grietas y sarpullido, completamente leproso, la cara una mezcla entre un rostro humano de un viejo y de un horrible mono con cuernos de carnero.
—¿Quién invito al feo? Pensé que nosotros éramos la familia sexy de la religión— Amethyst inclino la cabeza con sus piernas sobre la mesa, tirando su hamburguesa, ver a esa cosa le quito sin duda el apetito.
Lilith sonrió y las súcubos se vieron confundidas.
—Uno de tus hermanos, el primer incubo; Efelios— ella lo presentó.
—¿Incubo?—Amethyst alzo una ceja, recordó que los íncubos eran la contraparte masculina de las súcubos, tener relaciones mientras la persona dormía succionándoles su energía, salud y vitalidad—. ¿Que? ¿Fuiste un error y te enviaron por devolución?
El incubo cambio rápidamente en una nube de color negro como el petróleo, como era antes la antigua magia de Amethyst. Este comenzó a crecer hasta ser de la altura de ella, el cuerpo deforme creció hasta ser un cuerpo contorneado y musculoso pero no tanto, como el de un atleta. La piel en podredumbre se volvió lisa y lo único que sobresalía era tal vez un lunar sobre esa piel de color caramelo claro. El rostro antes deforme, ahora el rostro anguloso, los pómulos altos, y los ojos de color verde esmeralda, y la calva fue reemplaza por cabello azabache. Esa cosas horrorosa se había transformado en Damian Wayne, al menos físicamente.
—¿Prefieres este aspecto?— él sonrió, pero esa no era la sonrisa de Damian que ella pocas veces tenia el privilegio de ver, eso la hizo sentir disgustada, pero peor le hizo sentir que Lilith y las súcubos se quedaron largo rato viendo ese aspecto. Lilith desvió la vista a su hija humana quien tenía que seguir actuando.
—El bastardo me dio la espalda pero no voy a mentir, el hijo de perra esta bien hecho— Amethytst vio al incubo y luego sonrió—. ¿Puedes transformarte en Eren Jaeger? Asi hasta dejo que me chupes el alma. O mejor aun, yo te la chupó a ti.
