56: the show must go on

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A DAMIAN nunca le habían gustado mucho las iglesias

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A DAMIAN nunca le habían gustado mucho las iglesias.

Eran demasiado grandes, demasiado espaciosas, con vitrales enormes, que hacían que una personas se sintiera demasiado sola. Él ahora solo y con sus pensamientos que ardían a cada segundo respecto a Amethyst, ¿Cómo estaría? ¿Que le estaba haciendo Lilith? ¿Que cosas horribles tendría que hacer para demostrar una falsa lealtad a su madre?

Vio a su alrededor, nunca había venido a la iglesia de Gotham siendo que era ateo, lo único que le gusto fueron eles vitrales que hacían salir luz multicolor de los pocos rayos de sol que quedaban. Pero Amethyst de seguro diría un chiste negro sobre pederastia entrando s una iglesia. De eso Damián no tenía duda.

Y extrañaba esos comentarios estúpidos de su novia.

Estaba encima de una viga de madera, esperando a que el hombre apareciera. Después de que el ángel caído lo hubiera utilizado como traje de carne, no se supo mucho de él, pero por lo que había leído, venía una vez a la semana. El ya no era el pastor a cargo, había otro, pero venía sin falta cada semana cuando la iglesia ya estaba cerrada y vacía. Muchos decían que hace dieciséis años que se encerró en su casa y apenas la gente lo veía y cuando lo trataban de saludar inmediatamente volvía a su casa.

El padre biológico de Amethyst era sin duda un hombre difícil de encontrar, pero no imposible. Desde las grandes y dobles puertas de la iglesia el hombre mayor entró, tenía mas canas que en las fotos que Damian había visto. El hombre estaba vestido como cualquier hombre común y corriente, sin su uniforme de religioso, fue hasta el frente donde el sacerdote hablaba, viendo hacia la figura enorme de un Jesús en la cruz. El hombre se arrodillo ante él, comenzado a rezar. Damian exhalo, no tenía tiempo para esto, siendo que solo él y Amethyst tenían este plan. Él tendría que ayudarla sin el apoyo de su padre o de Dick que la considera una traidora con el resto de sus amigos.

Dio una pirueta saltando hacia el suelo, haciendo que el padre de Amethyst se diera rápidamente le vuelta, dando un salto, asustado.

—¿Ro-Robin?— el hombre vio hacia los lados, de seguro buscando a Batman—. ¿Que necesita?

El vigilante con una expresión dura, se acercó al hombre, no podía creer que él era el verdadero padre de Amethyst. Para él como para el resto, ella era hija de Slade Wilson, su apellido era Wilson legalmente. Puso su mano en uno de los muchos bolsillos de su traje.

Le entregó una foto de su novia hace unos meses, que sonreía felizmente y en su hombro estaba Garfield transformado en un periquito. Los dos, aunque habían empezado mal, ahora se llevaban fantástico, eran muy amigos. Garfield podía comprender a Amethyst en sus bromas y travesuras, algo que a Damian a veces lo ponía un poco celoso, así que cuando Dick le preguntaba. él solo respondía que Amethyst y Garfield completaban la estupidez del otro.

—¿La reconoces?— él le preguntó, claro que el otro la reconocía, su mirada lo delataba, agrandó los ojos y todo él tembló.

—¿Que quiere de mi, Robin?— el hombre jadeó, rehuyendo la mirada. Damian se guardo la foto de Amethyst de nuevo en el bolsillo, cerca de su corazón.

AMETHYST |damian wayne|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora