62: lick my wounds

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—¡UNO!— Amethyst gritó rápidamente poniendo la penúltima carta que le quedaba en el enorme maso del centro con una sonrisa

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—¡UNO!— Amethyst gritó rápidamente poniendo la penúltima carta que le quedaba en el enorme maso del centro con una sonrisa. Tim lanzó sus cartas al suelo con rabia y Dick se vio confundido;

—¡Estas haciendo trampa!— la apuntó Tim, era un mal perdedor al contrario del otro—. ¡Tienes todas las cartas metidas en los bolsillos!

— ¡No es cierto!— alegó su inocencia, era mentira, tenía la mitad de sus cartas en su estomago bajo y la otra en su sujetador. Las alas al cabo de unos días habían desaparecido, signo de que sanaron casi por completo pero aun debía sanarse el resto de su espalda. Podia convocarlas pero dolía demasiado, este iba a ser su ultimo día de reposo y ya había empezado una especie de terapia muscular.

— ¿Y si te reviso?

— Si lo haces, Damian te va a hacer una brocheta.— Amethyst canturreó con una sonrisa felina. Jamás habías estado tan mimada como lo estaba ahora. Su novio la llenaba de todo lo que ella amaba y quería, le llevaba para comer falafels y hamburguesas, le trajo todos sus mangas favoritos, incluso vio con ella Star Wars: Una Nueva Esperanza que siempre veía cuando estaba enferma, y dormía con ella todas las noches. Ella sabia que él la había podido peor por ella se había tragado su opinión y vio la siguiente con ella porque la amaba.

— Aun que estés herida dudo que tenga algo que apuñalar una vez termines con Tim— Damian apareció en la habitación con su traje de Robin, había estado patrullando después de días de apenas salir de la mansión. Dick le había rogado que saliera a patrullar o tomar aire fresco y que él se quedaría con Amethyst— . Es hora.

Ella se quejó como una niña pequeña pero asintió.  En la semana además de descansar, una vez sus alas curadas debía empezar a moverlas poco a poco. Y no solo Damian estaba con ella, Dick siempre que estaba en la mansión pasaba a verla y le hablaba sobre como los titanes la extrañaban y que Raven ya quería verla además de Garfield que le quería enseñar a volar, Tim discutía con ella sobre los textos enochianos y el lenguaje de los ángeles, Jason había pasado solo una vez y le había traído alitas de pollo fritas cuando sus alas aun no habian sanado, un gran chiste que Amethyst aceptó con gusto. 

— Debo decir que las habilidades de actuación de Ames son impresivas, cuando te sigue pagando ahora— Tim sonrió mientras se paraba de su silla, Dick ya yéndose.

— ¿Cuanto te debo pagar a ti para que cierres ese hoyo que llamas boca?— Damian rodó los ojos. 

— Bueno tuvo que ser el fin del mundo para que tú te besaras con una chica. ¡Ah!— Damian le había cerrado la puerta en la nariz con demasiada fuerza, escuchándose las maldiciones de Tim.

Amethyst se sentó en la cama con cuidado, revelando todo su mazo de cartas que había ocultado, todas cayendo al suelo. Damian alzo una ceja y sonrió.

— Tal vez hice trampa.— ella admitió.

— Nah. Fuiste mas inteligente que ellos dos— él aclaró mientras se quitaba la mascara y se sentaba a su lado. A Damian no el gustaba mucho que sus hermanos pasaran a verla ya que no podía abrazarla ni besarla, no se sentía cómodo con ellos a su alrededor para mostrarle su afecto. La otra vez, bromeando, Tim le preguntó si la iba a invitar al baile de bienvenida y Damian lo lanzo desde las escaleras. 

AMETHYST |damian wayne|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora