11. lilith

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CUANDO AMETHYST DESPERTÓ, el cielo estaba oscuro y miles de estrellas estaban sobre ella

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CUANDO AMETHYST DESPERTÓ, el cielo estaba oscuro y miles de estrellas estaban sobre ella. Lo único que podía escuchar eran los grillos y los cantos de algún borracho. Se comenzó a sentar lentamente, su cabeza le dolía a montones y tenia mucho frio, sus ropas estaban pegadas a ella por el agua, todavía estaba mojada y completamente helada. El viento le besaba la piel y ropas  mojadas.

—Ah...—gruñó, tocándose la cabeza, y luego la cara, se vio la mano, estaba sangrando, de la nariz y de la cabeza. Vio la mochila a su lado y suspiró aliviada, la abrió, rezando que nadie hubiera aprovechado y se hubiera robado lo de adentro, para su sorpresa todo estaba bien. Buscó entre sus cuadernos y sus apuntes la pequeña caja que siempre traía consigo. La abrió y frente a ella tenía la jeringa de suero naranja que su tia Ivy fabricaba para ella, dio un quejido cuando se la inyecto con fuerza en el muslo.

—Te odio, te odio, te odio, maldita psicopata, niña con problemas de papá—ella murmurpo maldiciendo una y otra vez a Terra.

Se levantó del suelo completamente, dando un quejido, se masajeó las sienes y vio su teléfono, tenia diez llamadas pérdidas de Ivy.

—Mierda, mierda, mierda, mierda—ella murmuró meintras telefoneaba a su tía.

—¿!Amethyst Wilson donde demonios estas?!—escuchó la voz de Ivy.

—Uh...—vio todo el rastro de agua que habia dejado en el pasto—. Regando las flores, mira te lo explico, ire ahora a tu departamento, las veo allí.

Colgó el telfono y estornudó, comenzando a caminar por el oscuro parque, con la jeringa en su mano, un hombre , completamente borracho le grito desde el suelo.

—¿Tienes otra de esas, chica linda?

—No, mi drogadicto amigo, lo siento hombre—ella le dijo con pésame mientras seguía caminando, pensó en pedir un taxi, pero nadie recogería a una niña completamente mojada y sucia. Paso por la calle principal y luego bajo un par de cuadras, por unos bares, vio a un hombre que se acercaba a su motocicleta y comenzó a caminar hacia él.

—¿Quién eres?—él le pregunto, ers asustadizo, ella rio intermanete.

—Soy Tamara y busco venganza—dijo con una voz profunda, mojada y pálida, con el pelo largo compeltamente chorreando agua parecia a la chica del aro. El motociclista la vio e inmediatamente entró de nuevo al bar. Ella rió como una niña pequeña e inserto la llave de la moto, escuchó el ronroneo y se fue rápidamente.

Definitivamente no fue una buena idea, el aire golpeándole el cuerpo mojado y frio le hacia sentir en un estado casi de hipotermia y se alegró cuando por fin pudo ver la punta del invernadero de su tía Ivy. Dejo la moto y cuando se bajo casi se cayo. No podía sentir sus piernas, ni los dedos del pie ni de las manos, estaba temblando mucho y fue un milagro haber logrado subir las escaleras, toco la puerta.

—¡Soy Ame...Amethyst!—murmuró entre dientes.

La puerta se abrió y frente ella apareció su tia Harley en su pijama.

AMETHYST |damian wayne|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora