Amethyst Wilson ha sido criada con una sola mision; vengar la muerte de sus padres, asesinar a Batman con sus propias manos. Alimentando su odio hacia los superheroes, Amethyst vive con quien es como un padre para ella; Slade Wilson conocido como el...
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SUS SUEÑOS habían estado plagados con demonios de ojos rojos y negros, de la mujer pelirroja encadenada y enjaulada, sentada como si estuviera esperándola. Los barrotes ensangrentados con sangre negra y espesa como petróleo, chillidos, una iglesia, copas con sangre, el símbolo que tenia como su marca de nacimiento junto a un pentágono, al abrir los ojos vio que todos los objetos de la habitación estaban levitando. Hizo sus manos dos puños y todo volvió a su lugar. Dejo a Leia seguir durmiendo mientras se vestía, ya era de mañana y suponía que el equipo debía estar preparándose para entrenar y Kory gentilmente la había invitado ayer, pensó que ir con sus dos pistolas no seria muy bienvenida, así que se puso la espada en la funda de su espalda y fue vestida con su traje de Osleya, suponía que todos debían estar vestidos con sus trajes de héroes buenos y ella no tenia otra ropa tan flexible, cómoda y resistente como su traje de Osleya completamente negro, con cadenas, sus botas largas, su armadura de metal y su manto rojo en el hombro que era a prueba de balas. Se estaba trenzando algunos mechones de cabello cuando alguien llamo a la puerta. Amethyst alzo la mano y con sus poderes abrio la puerta. Era Damian quien estaba vestido con su completo atuendo de Robin, con la mascara y capucha puesta.
—Wow mascara incluida—ella alzo una ceja terminando de atarse la bota que le llegaba hasta las rodillas—. Se producen o no lo hacen, supongo que debo hacer lo mismo.
Fue hacia su bolso y saco la mascara plateada poniéndosela en la cara.
—Listo, ahora estamos iguales.—pronunció
—Entrenaremos afuera, vine a escoltarte siendo que no conoces la torre ni sus alrededores.—Damian dijo como siempre formalmente, algo que aunque la chica jamás lo admitiría, le gustaba.
Amethyst ocultó dándose una vuelta, la sonrisa que se produjo en sus labios, no sabia porque, escuchar como Damian hablaba tan formalmente y anticuado la hacia sonreír. Y él, para el disgusto de ella, lo noto.
—Leia quédate...—Amethyst vio a su pantera, quien ni siquera se había movido—. Quédate durmiendo y sin preocuparte por tu padre psicópata como otras, afortunada.
Salió con Damian de la habitación dejando a la pantera en ella, se fijo en los enormes ventanales de la torre, como todos daban una vista al mar y a la ciudad de San francisco, era una ciudad hermosa desde esa perspectiva.
—¿No es raro para ti, Piolin?—ella le preguntó.
—¿Que cosa? Y apreciaría si dejaras de llamarme Piolin.
—Lo de la vista, no se cuantos años has estado en Gotham, pero cuando te levantas y ves las noticias lo primero que ves es un asesinato o un camión de drogas y aquí todo es tan....pacifico.
—Gotham es mi ciudad y la de mi padre.
—Tu padre Bruce Wayne, un hombre playboy y multimillonario, una inteligente fachada para ocultar a Batman—ella asintió—. Y si, mi trabajo puede ser asesinar a las personas a través del mundo, pero mis memorias son en Gotham. Al final mi única fachada es de sicaria.
