Capítulo 32

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—Entonces, ¿me dirás quién es la chica o solo te quedarás callado?

Ante su insistencia, tuve que hablar.

—Es una amiga de la infancia, como debes saber, ella es muy conocida en los círculos sociales debido a su excelencia.

—Lo sé, pero ¿qué quiere contigo?

—...

No pude contestarle, era demasiado vergonzoso

—Oh vaya...No puede ser, ¿veo el futuro o algo así?

Cuando dijo algo que no entendí, le pregunté a qué se refería, sin embargo, ella comenzó a dar vueltas por toda la habitación mientras balbuceaba cosas.

—Umm...¿Nessa?

—¿Qué? Ah, sí, no es nada, solo que la carta...Quiero decir, no es nada. —Era sospechosos, pero su siguiente pregunta desvió mi atención—. Y, ¿qué tienes planeado hacer ahora? El tiempo sigue pasando.

—Sobre eso, envié algunos caballeros disfrazados hasta Bhavikha para que ubiquen el paradero de Nain.

—Oh~. ¿Y cómo estás tan seguro de que está en la capital?

—Porque Bhavikha significa futuro.

Su sonrisa se ensanchó, como si estuviera orgullosa.

—¡Bien hecho hermano! —me felicitó mientras golpeaba mi hombro con su puño.

Para ser tan delgada tenía mucha fuerza.

Tras hablar un rato más de lo que pasaría después Nessa salió de la oficina, dejándome pensar, al menos hasta que entró Godfrey con una asombrosa noticia.

—¡Su Alteza, la encontramos!

—¡¿Dónde?!

—Cómo predijimos, en Irimus encontramos a una chica, hija de un plebeyo, con una hermana gemela nacida hace 19 años, el 16 del mes pasado.

—Octubre dieciséis. Sí, esa es la fecha correcta.

—Así es, solo que hay un problema.

—¿Qué sucede? —dejé los papales que me había entregado anteriormente y lo miré.

—Las gemelas...ambas tienen cabello castaño.

¿Ambas?

—...¡Ah!

Cuando me levanté de repente, Godfrey me miró.

—¿Su Alteza?

—Ella me lo dijo, su madre la hizo ponerse una peluca, así que nadie sabía que su cabello era negro, excepto su familia.

Asintiendo con la cabeza como si comprendiera, buscó algo entre los papeles que sostenía.

—Entonces debe ser esta. —mientras me entregaba más información, siguió explicando: —Después de que el jefe de la familia muriera, la mujer y sus hijas desaparecieron, nadie se preocupó por donde estaban unas plebeyas, así que en Irimus no pudimos encontrar más información sobre ellas. Sin embargo, mientras indagábamos, creemos volver a encontrar su rastro.

Acercándose a mí, cambió la página del documento que estaba mirando y señaló una línea que llamó mi atención.

—Esto es...

—Sí, una mujer y sus dos hijas se mudaron no hace mucho a Tryon, la mujer se casó con un noble que enviudó, se trata de...

—El marqués Le Vine.

No soy CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora