Capítulo 17

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Estaba entrenando con la espada, hacía bastante que no sostenía una, para ser exactos desde que conocí a Nain.

Había estado tan ocupado pasándolo con ella que no tenía tiempo para practicar, sin embargo, ahora disponía de todo el tiempo del mundo, pues tal parece que ella simplemente decidió no verme más y desapareció sin dejar rastro.

— ¡Hya! ¡Ha! —balanceaba la espada con desesperación, de un momento a otro la vara de madera ya no estaba en mi mano —. Demonios.

— Alteza, debe concentrarse.

— Godfrey, debo decir que has mejorado bastante.

— No príncipe, es solo que usted no ha practicado. —de mis labios escapó una risa nerviosa.

— Bueno, eso no importa, te he dicho que no me llames así, ¿qué pasa si Nain te escucha?

— Ella no está aquí su alteza, príncipe heredero.

Chasqueé la lengua y mejor fui a recoger la espada que voló por los aires.

Caminé hasta la entrada del bosque, aunque Godfrey había envejecido aún mantenía su fuerza, por supuesto, él alguna vez fue llamado 'el más fuerte del Imperio', incluso le fue ofrecido el puesto de guardia del emperador. Pero decidió ser un simple mayordomo...Que desperdicio.

— ¡Su alteza! ¡Príncipe! ¡No va a creer a quien vi en la capital!

Olga se acercaba por el camino de tierra, corría muy rápido a pesar del vestido que traía.

— Niña, te he dicho que no debes hablarle así a su alteza.

— Pero viejo, lo llamé por su título. —Godfrey le dio un golpe en la cabeza una vez estuvo a su alcance —. Auch, ¿qué pasa?

— Ten más respeto, hablando así frente al príncipe heredero, debería darte vergüenza.

— Ya basta Godfrey, dime a quien viste Olga.

La chica dejó las bolsas en el suelo y con una sonrisa con su rostro gritó.

— ¡Vi a la señorita Nain!

Solté la espada que estaba sosteniendo y tomé a la chica por los hombros, se sorprendió un poco pero no paró de sonreír.

— ¿Es verdad? ¿En serio viste a Nain en la ciudad? —ella asintió —. ¿Dónde estaba? ¿Qué hacía?

Tomó mis manos y me hizo soltarla, después me explicó como se había encontrado con Nain mientras venía de regreso, dijo que estaba por entrar en una tienda de vestidos que normalmente los nobles frecuentarían, para buscar un regalo.

— Dijo que era para su hermana.

— Oh, eso es interesante, has descubierto mucha información de la señorita en poco tiempo, esto hará más sencillo encontrarla, ¿no cree señor?

—...

— ¿Señor?

— Dijiste hermana, bueno, ¿ella dijo que era para su hermana, verdad?

— ¿Eh? Sí, eso dijo.

Caminé hacia dentro de la mansión con ellos siguiéndome, subí hasta el tercer piso y cruzando el largo pasillo llegué hasta la última habitación.

En esta casa vivía la familia de mi madre, el ducado "De Luca".

Mi madre, la única hija del duque había estado viviendo escondida en esta casa toda su infancia debido a que era una hija bastarda, pero a pesar de eso, ya que la duquesa era incapaz de tener hijos, no se molestó cuando siendo un bebé fue traída al ducado tras la muerte de su verdadera madre al dar a luz.

No soy CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora