Azbike, el continente donde se encuentra el Imperio más poderoso y, al mismo tiempo, el más grande del mundo.
"El pasado es su fuerza", ese es el significado de su nombre. La historia del continente es tal, que todos los reinos que lo componen son los más prósperos, no importa el tamaño. Entre todos, Tryon, es el más fuerte, no solo militarmente, sino también económicamente.
Y para ser tan grande como lo es, hubo ciertas familias que ayudaron más que otras en su fundación.
Tal vez el Imperio no tenía reliquias que aseguraran la paz, como Irimus, pero sí contó con grandes talentos que hicieron del reino lo que era hoy, entre ellos, está la familia Le Vine.
Al inicio se instalaron en la capital, su residencia estuvo ahí por centenarios. Comenzaron como simples comerciantes, hasta que, debido a su buena relación con el Rey de uno de los reinos con el que se tenía un conflicto, el Emperador de aquel entonces le pidió al genearca* su ayuda y, en reconocimiento, le otorgó el título de marqués.
Desde entonces, los Le Vine se han encargado de proteger los intereses del Imperio y, con el tiempo, los vínculos que la familia hizo se fortalecieron como para incluso heredarse. Los cientos de tratados ya no eran un mero interés político, se habían vuelto más un favor de los gobernantes para con un amigo. El marqués de Le Vine era así de importante.
Si bien quería, podía tomar la corona sin ningún esfuerzo...
Así que, cuando el continente se enteró de la muerte de Fausto y que sería yo, una extraña con la que no compartía una gota de sangre, quien tomaría el control del marquesado, Azbike tembló de ira.
Fue más difícil de lo que pensé; decenas de peticiones para rescindir los contratos de intercambio de productos, cientos de cartas pidiendo una explicación de la situación y la manera en que se manejaría todo ahora; incluso amenazas de reyes asegurando que, sí no cambiábamos al marqués por alguien competente, iríamos a la guerra...
Todos sobre mí.
Hubo contratos que no pude salvar debido a que la lealtad de la contraparte con los Le Vine era más antigua que el tiempo, aun así, logré arreglar la situación de una manera eficaz sin necesidad de reunirme personalmente con los aristócratas y reyes de otros reinos. Si bien nunca me apoyarán como a Fausto, les demostré la razón por la que había tomado el cargo, impidiéndoles continuar subestimándome.
Soy consciente de que me costará mucho manejar el marquesado de la misma forma que el antiguo marqués lo hacía, no obstante, lo que logré en el par de meses que he estado al mando fue más que suficiente para regresar el esplendor a la familia Le Vine.
Ahora el Emperador, que también envió cartas ordenando la rápida confirmación de quién tomará el papel como líder de la familia, parecía más calmado, aunque aún no supiera que era yo quien había tomado el título.
De todos modos, con los problemas resueltos en su mayoría, me centré en mis propios asuntos personales.
Reuniendo a los nobles necesarios para ayudarme, los convencí de apoyar el proyecto de iluminación y financiarlo, conseguí mano de obra del Duque La Rose y dinero de otros aristócratas de altos y bajos rangos. Con eso y el "apoyo" del conde Ilse, prácticamente ya estaba todo listo, ahora mismo se comenzó a instalar el alumbrado comenzando desde los pueblos más alejados de la capital y una planta de energía eléctrica.
—Entonces, ¿obtuviste el apoyo de los nobles? —la pregunta de Amira ensombreció su rostro, dándose cuenta de que mi posición como marquesa se había fortificado más de lo que ella pensaba.
—Efectivamente, aunque me costó mucho trabajo. Tuve que viajar a Irimus solo para convencer al conde Ilse de ayudarme, sin él, no hubiera funcionado.
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No soy Cenicienta
Novela JuvenilTodos conocen el cuento de Cenicienta, ya saben esa historia sobre una niña estúpida que no sabe defenderse de su madrastra y hermanastras, y que, por ser tan amable, el cielo la recompensa con la fortuna de un príncipe. Siempre pensé que era realm...