Después de ser arrastrada hasta una puerta enorme y elegante cuando aquella mujer tomó inadvertidamente mi mano, solo pude ver asombrada frente mío.
Perchas de oro y detalladas figuras que parecían mostrar una hermosa imagen, tenía mis dudas sobre si entrar o mejor salir de aquí, pero no me fue posible decidirme porque inmediatamente volví a ser llevada a la fuerza dentro de la habitación.
Una sorprendente sensación de incomodidad recorrió todo mi cuerpo al ver la exuberante habitación dorada y marrón, era realmente majestuosa, tanto como para hacerte dudar.
— ¿De quién es la habitación?
— Nadie que las personas puedan recordar.
— Parece muy bien cuidado como para ser un lugar olvidado.
— La habitación es recordada, la persona que vivía en ella poco a poco ha sido olvidada. —sus ojos parecían perdidos y llenos de nostalgia, tal vez la persona que vivía aquí era importante para esta mujer.
— ¿Tu eres...una dama de compañía o una sirvienta?
Soltó una risa y me miró negando con la cabeza, pero pareció cambiar de opinión porque después de un rato estaba asintiendo.
— Ya no más preguntas, vamos, te transformaré.
Volví a ser obligada a caminar a una habitación desconocida, otra puerta extraña que llevaba a lo que parecía un vestidor, las ropas dentro eran realmente hermosas, era imposible no querer probarse alguno de los vestidos exhibidos. Todos tenían tonos vibrantes y eran decorados con hermosas gemas, los zapatos no se quedaban atrás y ni hablar de la colección de joyas.
— No estoy segura de que pueda usar esto.
— Oh vaya, no te preocupes nadie reconocerá estas vestimentas, para empezar no deberían estar aquí así que no sospecharán que hayan sido tomadas.
— Eso no me tranquiliza en lo absoluto. —volvió a reír, parecía divertirse.
— Bueno comencemos.
Todo fue demasiado rápido, fui sentada en un banco mientras ella buscaba alrededor, probó todo tipo de vestidos sobre mí y luego jugó con mi cabello.
No sabía que ocurría porque no había un espejo, además de que me había obligado a cerrar los ojos, pero era consciente de que estaba maquillándome y peinándome, lo que me pareció bastante raro, sin embargo de alguna manera no podía oponer resistencia.
— Estas lista, puedes verte ahora.
Abrí los ojos lentamente y levantándome finalmente me vi en el único espejo de la habitación, quedando boquiabierta.
Portaba un vestido rojo de manga larga y una tela que se sobreponía en los hombros, estaba decorado con pequeños diamantes incrustados que seguían el diseño del vestido; ella mencionó que el vestido había sido impregnado con polvo de perla lo que me dio unas ganas enormes de quitármelo y salir huyendo, por supuesto fui obligada a seguir admirando la obra de arte de aquella mujer.
Lo que más me sorprendió de todo no fue realmente como mi cara se veía inusualmente linda, sino que sobre mi cabeza unos desconocidos hilos dorados colgaban hermosamente en una coleta alta rizada.
— ¿Qué es esto?
— Una peluca, creí que no querrías que tu madre te descubriera, por ello la peluca.
— Ya veo. —no estaba del todo equivocada, pero aun así, ¿cómo se había enterado?
Cuando la miré ella volvió a sonreír, nunca había visto a alguien sonreír tanto. ¿Puede alguien ser tan feliz?
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No soy Cenicienta
TienerfictieTodos conocen el cuento de Cenicienta, ya saben esa historia sobre una niña estúpida que no sabe defenderse de su madrastra y hermanastras, y que, por ser tan amable, el cielo la recompensa con la fortuna de un príncipe. Siempre pensé que era realm...