Capítulo 46

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En el momento en que descendimos por las escaleras hasta el salón y las miradas se detuvieron en ambas, las expresiones de desconcierto estuvieron a punto de hacerme reír a carcajadas; el hecho de ser gemelas algo que pocos sabían, después de todo, no nos parecíamos, así que tanto Nessa como yo no vimos la necesidad de difundirlo. Como resultado de nuestra decisión, todos los presentes nos observaron como si fuésemos un gran espectáculo sorpresa.

—Son...

—Realmente se ven similares.

—Si no lo viera con mis propios ojos yo...

—Lo sé.

—Son hermosas.

—...

La expectación pronto fue suprimida por mí al comenzar mi discurso.

—Me complace ver a todos los presentes asistir a esta reunión que, aunque imprevista, fue realmente esperada por mi hermana y por mí. La mayoría de edad que es imprescindible para cualquier aristócrata, pese a su tardanza, agradecemos que puedan celebrarla con nosotras. —levantando la copa de cristal llena de un líquido amarillo traslúcido que los sirvientes habían repartido entre los presentes, continué: —Incluso mi querida hermana Amira está presente, lo que realmente me honra.

Esta declaración obligó al público a buscar a la susodicha "querida hermana", quien por su cuenta salió de un rincón del salón y llamó la atención de todos.

—No necesitas agradecerme Nain, finalmente Nessa y tú se convierten en mujeres legítimas ahora, es obvio que esté presente en este dichoso día.

Sus palabras dulces ayudaron a mitigar los rumores de nuestra tensa relación en un segundo, por lo que la sonrisa en mi rostro se volvió levemente sincera. Convencer a la 'pequeña princesa' de asistir a la mayoría de edad no fue complicado, y durante las preparaciones posteriores tampoco interfirió, así que mi opinión sobre ella mejoró varios puntos.

La escena sucedió más o menos así:

—¿Quieres que esté en su mayoría de edad? ... ¡Ja! ¿Sabes los rumores que hay sobre nosotras? Luego del evento todos los nobles del Imperio hablarán aún más.

El tono burlón de Amira casi encendió una chispa en Lennart, que parecía querer lanzarse hacia ella y morderle el cuello.

Luego del caso de envenenamiento la joven rubia atenuó mucho su actitud, como si se sintiera culpable, a pesar de que la situación no había tenido nada que ver con ella; por supuesto, sus luchas constantes contra mí no cesaron ni un poco, incluso parecían haber aumentado.

Esta vez, no se rehusó directamente a mi "petición", sino que recalcó un punto que consideró importante. A pesar de mi creciente orgullo por haber rellenado el agujero cerebral que la chica parecía tener antes y volverla más sensata, le llevé la contraria descaradamente.

—No te llamé para convencerte, te estoy informando que estarás ahí, es una orden. —declaré, al mismo tiempo que bebía el té matcha que Shiela había preparado personalmente para alejar la tensión de mi cuerpo.

—... ¿El veneno le hizo algo a tu cerebro? ¿Qué estás planeando hacer? La última vez no me dejaste asistir a esa reunión de nobles, ¿por qué ahora quieres que aparezca?

El tema tabú hizo que todos en la habitación observaran con ojos oscuros a Amira, la cual se estremeció y detuvo su discurso.

Con un suspiro, dejé la taza de porcelana en su sitio y desde la silla de ruedas levanté la mirada para encarar a la contraria y calmar a mi 'perros guardianes'.

—La que debería preguntarse qué le sucede a tu cerebro soy yo, claramente esto es beneficioso para ti. Has proclamado innumerables veces que me quitaras el título, tanto que ya estoy harta de ti, sin embargo, el tiempo pasa y no haces ningún movimiento. —masajeando el puente de mi nariz, me quejé—. No necesitas cuestionar mi propósito, únicamente deberías pensar en cómo aprovechar esta maravillosa oportunidad entregada a ti en bandeja de plata.

No soy CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora