3. Mientes muy mal

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Capítulo 3

"Mientes muy mal"


En un abrir y cerrar de ojos, los días habían pasado.

Tras dejar a Scarlett con Lena, Alan le entregó su número anotado en un trozo de papel. "Llámame, me gustaría verte otra vez" le había dicho acompañado de una sonrisa y un tierno y fugaz guiño. Esa misma noche, dejó aquel motel y, montada en su nueva moto, siguió a la francesa hasta su nueva casa. Era un apartamento en Baildon Street a ocho minutos en coche de la Universidad de Greenwich. Era un segundo con dos habitaciones, sin ascensor, pero con un parking comunitario.

Allí, Lena le comentó que al día siguiente irán a por un teléfono móvil para ella y a por cosas que necesitaría. Scarlett asintió un poco cohibida. La rubia tenía una personalidad tan extrovertida y arrasadora que podía con el frío temperamento de la morena. Hacía cosas que Scarlett no podía dejar pasar, como acogerla en su casa sin conocerse, y eso, para ella, fue como plantar una flor en una tierra estéril y que creciera como un milagro. Además de ayudarla a entrar en la universidad, pese a que Scarlett no quería. Lena se interesó por ella y su bienestar, haciéndola sentir querida.

Scarlett fue conociendo al grupo de su compañera de piso, ya que después de que empezase la universidad pasaban la mayor parte del tiempo juntos. Aunque con Alan también quedaba menudo. Le había mandado un mensaje cuando tuvo su propio teléfono y al minuto ya le había respondido, como si lo estuviera esperando. A partir de ahí, quedaban para tomar algo o practicar para las carreras clandestinas. Alan la había embaucado con la encantadora sensación de ganar premios y la fiereza con la que corrían en sus motos. Sin embargo, cuando la universidad se hacía pesada, dejaron de pasar tanto tiempo juntos. Alan no iba a la misma universidad que ellos.

Al principio todo era raro, surrealista. Era como si en su vida un hubiera rastro de Polonia, como si nunca hubiera estado allí. Hasta que se dio cuenta de una cosa. Marco y ella compartían algunas clases, por lo que pudo saber un dato que hizo volver su desconfianza. Su apellido. Wells. Cuando estaba en Polonia, Scarlett leyó mucho sobre unas familias, muy poderosas, casi tanto como si fueran reyes. Y una de ellas tenía como apellido Wells. Desconfió de ellos algún tiempo más al no darle motivos para hacerlo, relajó su instinto un poco.

Aunque Marco seguía siendo raro. Era la última clase de la tarde de un lunes; algunos salían agotados, otros con ganas de fiesta y Marco... Marco salía mirando a todos lados un poco asustado. Scarlett estaba apoyada en su moto esperando a Lena, quien le había pedido que la recogiese, en la acera de enfrente, detrás de un coche rojo. Él se acercó al coche y una chica de pelo largo negro con gafas de sol salió. Parecían discutir por como Marco apretaba las manos. En el instante en el que Lena salía e iba hacia Scarlett, como si no se hubiera dado cuenta de lo que pasaba delante, ellos se fueron hacia una calle vecinal.

— ¡Scar! Eres la mejor, te debo una... —le saludó con la mano mientras sonreía—. ¿Podemos pasar por Barker? Tengo un hambre de mil demonios.

Mirando por donde se habían ido los otros dos, le dio su casco a Lena—. Espera aquí un momento.

— ¿Qué? —empezó a andar hacia la dirección haciendo caso omiso de lo que decía su amiga—. ¡No! Mierda. ¡Espera, escucha!

Corrió un poco para poder alcanzarles, no mucho para que no se dieran cuenta de que los seguía pero lo suficiente para intentar escuchar de lo que estaban hablando. Marco y la chica se metieron por un callejón que daba a la parte de atrás de un club nocturno. Allí, la pelinegra empezó a recriminarle algo a Marco, pero no podía entender muy bien lo qué. Ambos estaban muy nerviosos.

El Loto Negro: ¿Podría Olvidarse El Pasado?© || ELN1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora