59. No quiero perderte a ti también

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Capítulo 55

"No quiero perderte a ti también"


Corrieron hacia la parte trasera de la casa. A través de las ventanas vieron como Scarlett se alejaba de un búho que intentaba acercarse a ella. No sabían lo que estaba pasando, pero tampoco se sorprendieron de que Mey no estuviese haciendo nada. Estaba allí observando con aquel mono a su lado.

Scarlett se levantó y, alejándose de aquel ser, lo apuntó con su dedo índice. Acusándolo.

—Entraste en la habitación y me sacaste de allí —dijo con la voz temblorosa al igual que su cuerpo.

—Tenías que salir de allí, Scarlett...

El búho batió sus alas y se alzó en el aire para ponerse a la altura de la mitrey. Sus penetrantes ojos blancos la analizaban. Él era parte de su alma, pero aún así, en esa forma presente no era capaz de entender sus sentimientos. Aún no.

Mas Scarlett se carcajeó fugazmente.

—¡No! Yo no tenía que salir de aquel orfanato. Nunca tuve —frunció el ceño al notar que sus ojos se empezaban a aguar—. Si no me hubiera ido...

—Era tu destino —gritó Tresal.

Ella negó. Aquello no estaba bien. Intentaba calmarse, pero no podía. Se sentía igual que cuando le dijeron que ella era la primera mitrey. Comenzaba a faltarle el aire.

—Señora Scarlett, tranquilícese —intervino Kumir, pero Mey lo paró en seco. La peliblanca tenía el conocimiento sobre lo que estaba pasando.

—¡No me digas que me tranquilice, primate anormal! ¡Por su culpa soy una puta asesina, una fugitiva! ¡Por su culpa soy un monstruo! —gritó señalando al animal—. Por su culpa me quieren muerta o incluso viva para torturarme. Yo no me merecía esto, y tú tambien lo sabes.

De un momento a otro, Kumir se fijó detrás de la morena. Vio como Doc y Marco observaban la escena y como se debatían si salir a ayudar o no. El mono albino se lo informó a Mey, quien, al darse cuenta, los retó con la mirada. Ellos le devolvieron aquella amenaza, disponiéndose a salir. Sin embargo, ella los detuvo con un hechizo. No quería que nadie interviniera en aquel momento.

—Señorita Scarlett, el destino estaba escrito. Era necesario que yo apareciera aquella noche nevada en el orfanato. Fue usted misma en 1910, quien me pidió que volviese a aparecer en esa fecha exacta. Lamento mucho que haya tenido que pasar por cosas horribles, pero el destino le tiene reservado un importante futuro —le dijo seriamente.

Scarlett se quedó quieta.

Si ese bicho no hubiera aparecido, ella no habría pasado por tanto. Aunque tampoco debía culparlo de todo. Ella misma fue quien le siguió.

Ya no sabía que pensar. Estaba confusa, cabreada y alterada. Respiraba muy rápido, como si fuese capaz de llenar los pulmones. Cambiaba su mirada de uno a otro y sus manos acariciaban sus brazos. Toda ella temblaba. Temblaba incluso cuando llevó una mano a su pecho, agarrando y arrugando la camiseta, y miró fijamente al búho.

—¿Sabes qué? A la mierda con el destino.

Su cuerpo impactó contra el suelo.

Y Mey, atendiendo a los gritos de Marco y a los golpes que daba en la puerta, dejo que salieran para que auxiliaran a Scarlett.

Y Mey, atendiendo a los gritos de Marco y a los golpes que daba en la puerta, dejo que salieran para que auxiliaran a Scarlett

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El Loto Negro: ¿Podría Olvidarse El Pasado?© || ELN1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora