Capítulo 65
"La magia deja rastro"
2017, 1 de diciembre.
Con la llegada del último mes del año, la nieve había empezado a caer.
El bosque que rodeaba la casa se había cubierto por una espesa manta blanca. La temperatura había disminuido y desde hace días que no se veía el cielo azul. Los animales ya no se veían por los alrededores y los seres mágicos, como las sílfides y los ivlins, también se habían resguardado del clima invernal de Polonia.
Dos días atrás, habían recibido una carta de Amatist. En ella, la reina contaba que les había escrito a los otros tres Reinos de los Elfos pero que seguramente tendrían que ir presencialmente a las cortes para exponer el plan y pedir la alianza. Fue una noticia, ni buena ni mala, que les incitó a seguir con lo acordado aquel día en la biblioteca. Esa misma noche, Mey creó tres portales. Uno de ellos daba lugar a un callejón del barrio de Naka, en Nagoya. Allí iría Rina para reunirse con el Consejo Rojo y su padre, miembro de este. A través de otro portal se podía ver el puerto de Manaos, a donde iba a ir Sander para buscar a todas las manadas posibles de licántropos. Pero el último portal... Ese estaba oscuro, como si llevase a una cueva subterránea. Por aquel portal se iba a introducir Mey y ella misma se había ahorrado el contar a donde iba ni a qué seres buscaría para forjar alianzas. Y aunque tuvieran pensado preguntarle por aquello, Mey Parker no les dio tiempo. Con un movimiento de muñeca, creó una pequeña onda de brisa que empujó a Rina y a Sander hacia sus respectivos portales y ella se introdujo por el suyo propio. Un instante después los portales se cerraron.
Sabían que muchos seres no iban a aceptar. Solo eran unos pocos contra una organización entera. Pero por intentarlo, no perdían nada. Ya que debían reunir tantos aliados como fuera posible.
—Steve, ¿hemos recibido noticias de Sander? —preguntó Scarlett mirando el mapa que se extendía por la mesa de la biblioteca.
No pasaban de las doce del mediodía y cuatro personas de las que quedaban en la casa seguían repasando todas las oportunidades y amenazas que se podrían plantear.
—Lo último que Tresal recibió fue aquel Psuithyrros que envió desde Porto Velho, nada más —respondió señalando una de las hojas que había escrito Zaxe—. Según aquel susurro, en tres días está de vuelta.
La menor de los Wells era la encargada de recopilar todo lo que se trataba en aquella habitación y la guardiana de aquel diario.
—Nos servirá —susurró mientras se pasaba las manos por la cara, cansada—. Lena, ¿algo de Rina?
—Tendría que haber llegado hoy...
La alarma de uno de los coches saltó, sonando estridentemente desde fuera de la mansión y haciendo que todos miraran hacia la puerta. Los cuatro salieron de la biblioteca. Juntándose con Doc, salieron al porche.
Enfundada en kimono granate con toques negros y dorados, con su largo pelo negro cayendo por detrás de su espalda, Rina se encontraba sobre el techo del coche. Aquella vestimenta le sentaba bien, dándole un aspecto de realeza oriental sobre su blanca tez. Tenía una amplia sonrisa y sus ojos, rojos, brillaban más que de costumbre.
—Y ya llegué, Lena.
Sonrieron ante la broma de la vampiresa y se acercaron para darle la bienvenida. No solo ella, Sander y Mey se fueron, Irina e Enear también lo hicieron. Los gemelos Snø habían regresado a Noruega para visitar a su madre, ver cómo iban los soldados de la Corte del Norte y para preparar las posibles visitas a las demás cortes élficas. En la mansión Wells solo se habían quedado los mitrey y los dos humanos.
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El Loto Negro: ¿Podría Olvidarse El Pasado?© || ELN1
FantastikQuién te diría que alguna vez odiarías tu vida, tu hogar y a ti misma... Scarlett Rixon, una joven de dieciocho años, se ve obligada a viajar desde Polonia a Eslovaquia para tomar un avión a Londres. Después de estar en un infierno del que pocos con...