Capítulo 49
"Amatist Snø, sexta parte"
La garganta se le estrujó, dificultándole respirar. Sus piernas se volvieron de piedra, pesadas. Y su imaginación se volvió en su contra.
Gruñó de impotencia y se dispuso a ir en busca de Nefira. Porque sabía que ella conocía el paradero de los Wells.
Marco la miró sin comprender. La observó mientras caminaba decidida entre las flores negras que luchaban contra elfos y sus compañeros. Comprendió que había tenido una idea y la siguió sin hablar.
Pero una vez llegada a la escalera, Scarlett paró en seco. Miró hacia arriba y se preguntó qué haría al llegar al último escalón. El palacio era muy grande, enorme, como para rebuscar en todas las habitaciones que este tenía. Era demasiado grande y no tenían tiempo para inspeccionarlo todo. Con desesperación se pasó las manos sucias por la cara, soltando un grito. Marco también tenía miedo, pero no podía permitirse derrumbarse, no hasta saber que no había nada más que hacer.
—Suba las escaleras, nada más pasar la puerta gire a la derecha y salga por la primera puerta que vea. Luego vaya a los establos de los yensos.
Ahí estaba la voz que había escuchado en el baño. Otra vez la misma voz dándole indicaciones sin explicaciones. Scarlett bajó las manos, cogió la espada élfica con fuerza y miró la escena bélica que tenían detrás. «Más vale que me lleves hasta lo que quiero» pensó subiendo escalón tras escalón.
Ambos salieron corriendo de la sala, espadas en mano, siguiendo un recorrido invisible. Giraron donde debían girar, atravesaron la puerta que debían atravesar y en nada estaba en un jardín demasiado amplio. Un jardín de escarcha y nieve. Hacía frío, se notaba en el aliento que salía de ellos y se convertía en vaho. Sus ojos pasaron por la amplitud de aquel jardín. Desierto. Salvo por un movimiento a su derecha. Una bajada con luz. Escaleras. Marco y Scarlett corrieron hasta allí y se dieron cuenta de que llevaba a los establos y caballerizas. Uno al lado del otro, juntos se encaminaron en silencio hacia allí.
Afuera de las instalaciones, casi todos los carruajes de los invitados estaban en llamas, prácticamente destruidos. Una magnífica maniobra. Que nadie escapara. Pero no había rastro de Nefira o de los Wells entre el fuego y el humo. Los mitrey levantaron sus espadas a la vez. Preparados para lo que fuese.
Caminaron sigilosamente entre los carruajes hasta los establos. Abiertos y con luz. Marco y Scarlett se miraron. Las esmeraldas suplicaban que su familia estuviera bien; buscaban en el morado de ella ese sentimiento que decía que todo iba a ir bien... Sin embargo, no encontró aquella respuesta. Tratándose de un corazón roto, como el de Nefira, impulsado por una organización horrible... Incluso la esperanza se iba por completo.
Marco entró gritando sus nombres. Rupert, Kavana, Emma, Patrick. Nefira.
Scarlett lo siguió de cerca, callada como una tumba. Al final de los establos, algo le hizo callar también. Cuatro personas maniatadas, con una banda de cinta morada en sus bocas los miraban sobre cuatro barriles... Y con sogas a los cuellos. Detrás de los Wells apareció Nefira. Semblante macabro, tétrico, pero con una sonrisa que te ponía los pelos de punta. Su piel pálida resaltaba las ojeras debajo de sus pestañas. Aun en aquel estado y vistiendo el uniforme loto, seguía siendo una mujer hermosa. El pelo naranja, vivo y brillante, suelto detrás de ella.
Marco se paró enfrente de ellos, a varios metros de distancia; su respiración agitada y un temblor en la mano que sostenía la espada de los elfos. Nefira les sonrió aún más.
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El Loto Negro: ¿Podría Olvidarse El Pasado?© || ELN1
FantasyQuién te diría que alguna vez odiarías tu vida, tu hogar y a ti misma... Scarlett Rixon, una joven de dieciocho años, se ve obligada a viajar desde Polonia a Eslovaquia para tomar un avión a Londres. Después de estar en un infierno del que pocos con...