El Loto Negro: ¿Podría Olvidarse El Pasado?© || ELN1

76. Fin de año

Capítulo 76

"Fin de año"

2017, 31 de diciembre.

Los días pasaron y noche vieja llegó.

Nadie volvió a sacar el tema del borrón histórico. Tampoco llegaron nuevas hojas del diario ni tenían noticias de Mey. Aquello último no le hacía mucha gracia a Scarlett, a pesar de que no lo expresase. Tampoco lo iba a hacer tras la conversación con el indio, donde él le dejó claro que tanto ella como Mey ocultaban cosas, una intencionadamente y la otra ni se acordaba de ellas. Seguían entrenando, aunque fuera solo por las mañanas, debido a la nieve que caía y que formaba una gruesa capa blanca en el jardín. El frío reinaba fuera y dentro. Los colores helados empapaban cada rincón del lugar. Fueron días gélidos por el tiempo y por la relación que últimamente mantenían, enfocados en el enfrentamiento venidero.

Los primeros en levantarse aquella mañana fueron Enear y Doctrian. Habían propuesto hace mucho celebrar fin de año todos juntos, con una cena en un descampado cerca de la casa. No celebrarlo por ser una fecha festiva, sino por el hecho de simbolizar el fin de una etapa de caos y desesperación. Querían celebrar que algo bueno vendría con el nuevo año. Algo tan bueno como el fin de la guerra, posiblemente.

Elfo y humano se encontraron en la cocina, desayunaron con una buena conversación trivial y, una vez terminaron, se dispusieron a cocinar. Prepararían un buen banquete. Desde platos típicos en el Reino de los Elfos del Norte como de la India. Primeros, segundos, muchas guarniciones, postres... Nada faltaría. Era su propio regalo de navidad.

Sobre el mediodía, Lena, Zaxe, Sander y Steve bajaron ya cambiados para ayudar. Unos se quedaron en la cocina, contribuyendo con los cocineros. Otros empezaron a llevar mesas y sillas al descampado. Nadie iba rápido, pero tampoco paraban. Estaban usando aquel día libre para ser ellos mismos. Para que no se olvidasen de que aún eran jóvenes. Ni siquiera cuando Scarlett, acompañada por Irina, Benji, Marco y Rina, se unieron a sus compañeros. Las risas colmaron todos los sitios posibles, vinculadas.

Se habían conocido un par de meses atrás, pero habían formado un vínculo, cargado de todo lo que se pueda imaginar, que ya no importaba nada más que su fin. Un fin que los unía a todos y cada uno de ellos.

No obstante, había algo más allá de lo unidos que estaban. El poder de uno de ellos que pocos sabían.

Le preguntaban si estaba bien y respondía que sí, pero la preocupación se le notaba en los ojos, brillosos y cristalinos. Cada vez que respondía, su voz se quebraba, poco pero notorio para aquellos que sabían de su poder. No era la primera vez que pasaba. Ya había sucedido años atrás, cuando eran más pequeños. Sentía la incertidumbre, la agonía y el dolor. Sobre todo el dolor. E Irina lo único que podía hacer era esperar. Porque su poder solo le avisaba. Nunca le decía el cuándo.

—Princesa mía...

Benjamin siempre se había preocupado por ella. Desde sus ojos verde beta, el cariño que le profesaba emanaba como si fuera algo tangible.

—No quiero alarmarlos, Ben —susurró ella.

Estaban volviendo a la mansión. Habían colocado las ultimas sillas y los manteles que tapaban la gran mesa. Delante de ellos, Scarlett y Marco hablaban sonriéndose. Cercanos, hombro con hombro. Sus manos tocándose por el roce de sus meñiques, casi entrelazados.

—Nunca lo he visto así, ¿sabes? Lo conocí cuando era un niño que se podía distraer fácilmente, luego llegó la etapa en la que el alcohol era su mejor amigo. Y ahora, que la amenaza de la guerra está tocando nuestras puertas, parece que es lo mejor que le ha pasado.