Capítulo 36
"Mey"
Algo blando, mullido. Debajo de ella. Ni frío ni calor. No estaba afuera y probablemente aquel algo era un sofá o una cama. Eso fue lo que pensó Scarlett cuando se estaba despertando. Y cuando abrió los ojos no pudo confirmarlo. Su visión estaba nublada, como si estuviese dentro de una niebla. A su alrededor había siluetas.
—Se está despertando —dijo una voz distorsionada.
—Ya le puedes quitar esos hechizos —soltó una segunda voz—. Aunque no sé porque se los pusiste.
Una tercera silueta se acercó a ella. Con un gesto rápido, una luz apareció a la vez que Scarlett escuchaba "Nebla annulaeris" y "Quavis paramortione annulaeris". Poco a poco, su visión se fue haciendo más nítida, las voces volvieron a ser las mismas y pudo confirmar que ya no estaban en el jardín. Estaba en la habitación de Doc con su hermano, Marco, Rina y la mujer de la que no sabía nada.
Su expresión se volvió seria al ver como la mujer de cabellos blancos se acercó a ella y se sentaba a los pies de la camilla en la que estaba.
—Siento haberte dejado inconsciente y haberte causado dolor antes —dijo con voz dulce—. Es un placer volver a verte, vieja amiga.
Scarlett se sentó correctamente, enderezándose para parecer más autoritaria.
—No la conozco de nada, señora —soltó secamente—. ¿Puedo saber quién es usted como para llamarme vieja amiga?
—Nunca pensé que mi hechizo se conservaría a tan largo plazo —susurró más para ella misma que para Scarlett. Miraba la cara de la joven Rixon con una mezcla de tristeza y asombro mientras posaba una mano sobre la de la morena—. Querida, son Mey.
Inquietud y estupefacción, eso fue lo que sintió Scarlett cuando pronunció su nombre. No la había tratado lo que se dice bien y se había comportado como toda una borde delante de la primera Parker, todo sin darse cuenta. Sin embargo, Mey le dedicó una sonrisa compasiva.
— ¡Oh, dios, mío! Lo siento muchísimo, perdóneme —suplicó bajando su cabeza en señal de arrepentimiento.
—No pasa nada, tranquila —rio alegre Mey. Acariciaba tiernamente la mano de Scarlett y ella subió poco a poco su cabeza con una sonrisa avergonzada estampada en su rostro—. Pero no me trates de usted. Solo me llevas veinticinco años... O cincuenta, depende de cómo lo veas.
Ambas se miraron. Scarlett se dio cuenta de que, mirándola detenidamente, sin ninguna preocupación, parecía que la conocía desde hace muchos años. Pero aunque fuera así de verdad, ella no lo sabía. O no lo recordaba. Mey había confirmado que ella era la Primera Mitrey, era aquella Scarlett de la leyenda. Pero no recordaba nada de aquello. Solo el orfanato y la estancia en El Loto Negro. Era confuso para Scarlett, quien ahora más que nunca tenía muchas preguntas en la cabeza que sabía que Mey podría resolverlas.
Alguien carraspeó. Las otras personas en aquella habitación parecían incómodas ante tal situación.
—Os dejaremos solas para que habléis un poco —dijo Rina, demasiado amable de su parte. Acción que sorprendió a Scarlett. La vampiresa salió de la habitación empujando por la espalda a Sander y Marco, quienes intentaban que no les echaran. Ya volvía a ser la Rina de siempre—. Cuando acabéis, Doc tiene que examinarte una última vez, Scarlett.
La mencionada asintió en silencio y luego la puerta se cerró, dejando a ambas mujeres allí dentro. Scarlett se sintió nerviosa, tenía tantas dudas que preguntar que no sabía por cuál de todas empezar. Además, Mey tenía un aura que imponía bastante, incluso si solo estaba sentada sin hacer nada.
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El Loto Negro: ¿Podría Olvidarse El Pasado?© || ELN1
FantasyQuién te diría que alguna vez odiarías tu vida, tu hogar y a ti misma... Scarlett Rixon, una joven de dieciocho años, se ve obligada a viajar desde Polonia a Eslovaquia para tomar un avión a Londres. Después de estar en un infierno del que pocos con...