45. Amatist Snø, segunda parte

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Capítulo 45

"Amatist Snø, segunda parte"


—Scar, por aquí.

Lena, con Benji peludo en brazos, la llamó. Ellos tres junto con Marco irían en el primer carruaje, mientras que los adultos irían en el segundo y el tercero lo ocupaban los restantes. Scarlett caminó hasta la puerta y, girando su cabeza, le dio una mirada a Mey. La peliblanca también la miraba. Pero tan solo hicieron eso, mirarse. Haciendo brillar los tatuajes de su brazo, la primera Parker convocó un portal que ella y Doc atravesaron y segundos después se cerró tras de ellos.

El interior era casi tan hermoso como el exterior. Dos banquetas forradas de terciopelo gris estaban en los extremos de la carroza y en la puerta, como en la pared de enfrente, había una ventana que te dejaba ver el camino. En las paredes, diseños de copos de nieve se repartían equitativamente. Magníficos.

Tan pronto como Scarlett se sentó al lado de Marco, todas las puertas se cerraron al unísono. Itkah junto con los otros dos pajes se sentaron al lado de los cocheros y los carruajes comenzaron a moverse.

— ¿Vamos a ir hasta Noruega conduciendo? —preguntó Scarlett mirando por la ventana.

Las esmeraldas de Benji brillaron al mismo tiempo que se reía y movía la cola.

—Tú solo espera —le respondió Marco.

Scarlett se giró para mirarlo con una ceja alzada. De repente todos sintieron una sacudida y de pronto, los árboles que rodeaban la casa blanca ya no estaban. Asombrada, la morena sacó la cabeza por la ventana.

Volando. Estaban volando.

Los yensos movían tanto sus patas como sus colas como si estuvieran subiendo por una escalera invisible. Rápidamente se alejaron tanto del suelo como del bosque y sobrevolaron Cracovia. Scarlett sonrió ampliamente al ver la maravillosa vista de Polonia.

Los carruajes iniciaron el descenso a pocos metros de la entrada a Ikkehstae, como había dicho Carmaer

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Los carruajes iniciaron el descenso a pocos metros de la entrada a Ikkehstae, como había dicho Carmaer. Aquel era el nombre élfico del Reino de los Elfos del Norte. Pasaron a través de las casas de los elfos, quienes los saludaban con gran euforia. Todo estaba decorado con banderines y flores blancas y destellos plateados en honor a la reina. Aquel día era importante para toda la Corte del Norte y para todo Ikkehstae. Scarlett no dejaba de mirar por la ventana, disfrutando de todo lo que sus retinas captaban. También se había sorprendido por toda la variedad de elfos y elfinas que veía. Desde aspectos casi humanos hasta tonos de piel azulados, grisáceos o morados; incluso pequeñas alas transparentes que reflejaban las luces en escasos adultos.

Cuando el carruaje paró, todos salieron al frío que dominaba aquel reino. Scarlett fue la última en salir y cuando lo hizo, un vaho se escapó entre sus labios al contemplar el castillo que se alzaba delante de ella. Una construcción de mármol blanco como la nieve, más alta de lo que se pueda imaginar, con una hilera de escaleras a su frente que daban a un gran portón hecho del mismo mármol que todo el palacio. Todo seguía la decoración que presentaba el pueblo y los guardias que aguardaba en sus sitios portaban brillantes armaduras con capas azul marino. Simplemente, era increíble ver como aquella regente era amada por todos.

El Loto Negro: ¿Podría Olvidarse El Pasado?© || ELN1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora