4. Después de la calma...

73 11 15
                                    


Capítulo 4

"Después de la calma..."


Tras una cagada como aquella, lo que uno menos quiere es hablar. Marco intentó de todas las formas posibles hablar y disculparse con Scarlett pero ella siempre encontraba la manera de escaparse. Él se sentía mal, sobre todo por haber pensado que ella era como sus compañeras de clase, no quería que su relación se quedara en aquello. Sin embargo, no era capaz de entablar una conversación después de lo ocurrido. Y así, aquella semana pasó fugazmente como un cometa.

Scarlett se acercó más a Zaxe y a Tristán. Zaxe era la hermana menor de Marco y Tristán el hermano mayor de Lena, con el inconfundible pelo rubio y unos ojos marrones casi ámbar. Ambos eran amigables aunque cada uno a su manera. Zaxe no hablaba mucho, parecía que no le gustaba hablar, pero cuando lo hacía era muy cálida y amable. Tristán, por otro lado, no se callaba ni debajo del agua, igual que su hermana, con un gracioso acento francés.

Quitando la noticia de "la nueva amiga de Lena", Scarlett a veces se sentía abrumada por la gente que rodaba a aquel circulo Beauregard-Wells y se escaqueaba con las misma excusas: "Tengo que irme, quedé con Alan" o "Estudiando, exámenes próximos". Ellos sabían que la mayor parte del tiempo no eran ciertas, pero cuando empezó a quedarse tardes recluida en su habitación preparando los exámenes y trabajos, empezaron a creerla.

Todo parecía ir bien. No había malas señales, ningún incidente destacable...No hasta que una tarde, en el móvil de Scarlett apareció la llamada de un número oculto. Con desconfianza lo cogió, pero no habló.

— ¿Scarlett? —preguntó la voz de un hombre al otro lado.

— ¿Hola? —respondió un poco cortante.

— ¿Scar? Aleluya... ¿Sabes cuantas Scarlett Rixon hay en Londres? —ella ya se había dado cuenta quien le llamaba.

— ¿Cómo tienes este número? ¿Y cómo sabes que estoy en Londres?

Qué preguntes eso me duele. Sabes que soy el mejor rastreador, además de que tú vas dejando huellas bastante evidentes —a Scarlett le encantó oír aquel típico tono de voz sermoneante—. Cámaras del aeropuerto, tu nombre en varios documentos... Y que aún no te lo has quitado.

Aquella era de las razones por las que alguna que otra noche no era capaz de conciliar el sueño. Aquella última cosa de la lista que guardaba en su escritorio aún no estaba tachada. Necesitaba sacarse aquello del cuerpo cuanto antes.

—Agggh, cállate... ¿E-ellos saben dónde estoy?

No, aun no lo saben. Me mandó buscarte, le he dicho que no te he encontrado, pero tarde o temprano lo descubrirán... —dijo preocupado.

—Gracias por la información... Aprovechando la llamada, ¿Qué tal todo? ¿Estás bien?

Esto es muy diferente sin ti, sabes. Pero estoy bien, además, ha reclutado a otro... —se escuchó un ruido—. Lo siento, Scar, te dejo, tengo una misión... Te llamaré.

—Espera, no cuelgues...

Con la palabra en la boca, la línea se cortó. Miró su teléfono un poco enfadada. Siempre fue así, incluso cuando era niña. Él siempre era el primero en irse, aunque también fue él el que la cuidó y la protegió a lo largo de su estancia en Polonia. Hablar otra vez con él le golpeó demasiado fuerte, ya que separarse de él fue una de las cosas más duras que tuvo que hacer. Nunca le llevó la contraria con la idea de irse de allí, la alentó y la ayudó porqué ella tenía más posibilidades de salir que él. Él era más preciado que ella, o eso creían.

El Loto Negro: ¿Podría Olvidarse El Pasado?© || ELN1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora