16. Muerte, destrucción y las 10:10pm

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Capítulo 16

"Muerte, destrucción y las 10:10pm"


Tras haberle dicho a Alan que no se preocupara, fue al baño. Quería mirarse en el espejo. Se levantó el pelo y observó la zona donde antes estaba el tatuaje de El Loto Negro, el símbolo que todos en aquella organización tenían. Un tatuaje tribal de una flor de loto que fue reemplazado por unos puntos cosidos.

Ya podía tachar la última palabra de la lista. Podía ser libre. Y, sin embargo, era imposible. La habían encontrado rodeada de seres fantásticos y probablemente la llevarían de vuelta a Varsovia mientras mataban a los que fueron sus amigos.

Se veía frente al espejo. Sus ojos grises estaban cansados de todo aquello. Se veía y no se reconocía.

— ¿Dónde está Scarlett? —La voz de Marco sonó alto y claro. Abrió de un portazo, con miedo—. Boże, co za strach.

Polaco. "Dios, qué susto" había dicho. Lo había soltado en otro idioma sin pensar, sorprendiendo a todos.

— ¿Sabes polaco? —preguntó Scarlett dejando de mirarse para poner una expresión extraña mientras ponía los ojos sobre Marco.

—No eres la única que nació en Polonia —escupió con desprecio él. Scarlett agachó la cabeza aguantándose las ganas de decirle un par de cosas de una forma poco civilizada. Al verla así, agregó más calmado—. ¿Cómo te encuentras?

—Estoy bien.

Salió del baño empujando levemente a Marco, aun no estaba del todo recuperada de la paliza que le había dado el rastreador del Loto Negro y gracias a las enseñanzas desde los cinco años, no confiaba en él. Alan, callado por haber escuchado la conversación, esperaba sentado en la camilla mientras Doc y Tristán hablaban. El francés había entrado para informar de que Lena había descubierto a alguien queriendo entrar al piso franco.

— No tengo ni idea de quién es, pero pregunta a gritos por la agente Rixon —dijo mirando con frialdad a la dueña del apellido.

Los mitreys salieron primero, seguidos de Scarlett y Alan. Bajaron por unas escaleras que estaban ocultas detrás de una de las puertas cerradas del pasillo. Todo era blanco como las habitaciones. Al llegar a la planta baja, Tristán giró a la derecha. Era como una sala de espera con muchas sillas. Un hombre, joven, de pelo moreno les daba la espalada. Tenía un olor a paullinia cupana, un arbusto trepador, más conocido comúnmente como guaraná. Y Scarlett lo conocía demasiado bien.

El joven, con un olfato increíble, también se dio cuenta de las personas que estaban detrás de él y se giró, dejando ver unos ojos castaños casi del color del ámbar.

—Echaba de menos tu olor a ceniza, inconfundible —comentó con una gruesa voz mientras sonreía. Se alegraba de verla, aun teniendo aquel decadente aspecto.

A Scarlett, detrás de los mitreys, se le llenaron los ojos de lágrimas. Apartó a Marco y a Tristán y corrió hacia el chico de cabellos castaños y ojos marrones. Le abrazó con las fuerzas que le quedaban dejándose a sí misma casi sin aire. Él le correspondió el abrazo de una tierna forma, aspirando su aroma, como lo había hecho tantas veces en el pasado. Ambos extrañaban aquellos abrazos y en aquel momento lo necesitaban con urgencia. Pensaban que nunca se volverían a ver; él había sido quien le había ayudado a salir de Varsovia, pero también era la única razón para quedarse en aquel infierno.

Se separaron tras un largo tiempo y Scarlett le sujetó la cara entre sus manos, observando su rostro como si fueran a llevárselo para siempre.

—Eres real... —susurró. Más lágrimas se desbordaban mientras él le sonreía tiernamente—. Creí que no volvería a verte, Sandi... Que te habrían dañado por ayudarme...

El Loto Negro: ¿Podría Olvidarse El Pasado?© || ELN1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora