Capítulo 78
"Diabolus ex machina"
Entonces sucedió. Como si la última campanada, aquella con la que dejabas atrás el 2017 y entrabas al 2018, fuera la campanada del inferno. Un Diabolus ex machina.
De la garganta de Irina nació un desgarrador alarido. Una fuerza descomunal se desató de su interior desconcertando a todos. Las copas estallaron en mil pedazos y las sillas volaron lejos. Y los que estaban allí se tambalearon, como si una honda expansiva los hubiera sacudido. Benjamin no dudó ni un segundo en ir a sujetar el cuerpo de la albina, que había quedado rígido en su sitio. Sus ojos estaban blancos. No obstante, lo más abrumador no fue eso.
De las oscuras espesuras del bosque, numerosos soldados loto emergieron. Arcos, lanzas y espadas brillaban bajo la luz de la luna. Brillaban con amenaza susurrante. De entre ellos una gárgola les sonreía con ojos llameantes. Portaba un teléfono móvil, del cual salió una voz conocida.
—Seguro que es una bonita fiesta, que pena no poder asistir. Así que os mando este mensaje. El pasado no se puede cambiar, olvidar, editar o borrar; solo puede ser aceptado. Scarlett, querida. Hagamos historia.
Cuando el audio de Paul se cortó, la gárgola destrozó el teléfono en sus manos y arrojó los pedazos al suelo. Ese fue el pistoletazo de salida.
La lluvia de flechas los arrolló sin piedad, sin dejarles tiempo a cubrirse debajo de la mesa ni a convertirse en sus formas reales. Rina cogió una bandeja de metal y, con un gruñido, la lanzó como si fuera un disco. Rebanó dos cabezas con ese movimiento. Pero uno de los cazadores, al ver como la vampiresa mataba a dos de sus compañeros, le devolvió aquella muestra. Sander no dudó en ponerse delante de ella y parar la bandeja con sus manos. Con sus garras de alfa. La partió en dos con tal facilidad que el metal parecía un hoja de papel. Giró su cabeza para ver cómo estaba la asiática y esta asintió en agradecimiento. No podían pararse mucho en aquella situación.
Detrás de ellos, los demás cogieron cualquier cosa que tuvieses a mano y se dispusieron a contraatacar. Tenedores, cuchillos... Incluso las flechas que quedaban atascadas en la mesa. Los mitrey se transformaron y se alzaron en el aire, tomando una mínima ventaja sobre los lotos. Sin embargo, esa ventaja no duró mucho. Entre los enemigos, varias personas dieron un paso adelante y de sus ropas negras un brillo azulado los alumbró. Brujos. Scarlett se fijó en ellos, desde lo más alto. Habían hecho uno de los rituales para manipular los elementos. En ese caso el aire. Lo supo tanto por la posición de sus manos como por las ráfagas de viento que empezaban a darles problemas. Scarlett gruñó. Su hermano pequeño luchaba contra el vendaval, dificultándole el vuelo. Se movía de un lado a otro. El viento jugaba con él. O más bien, un brujo loto jugaba con el pequeño mitrey.
Lena, quien también se dio cuenta y a pesar de que luchaba igual con las ráfagas de aire, voló lo más rápido posible hacia el menor de los Rixon. Lo sujetó con fuerza contra su cuerpo y, con su brazo derecho, le lanzó una flecha al brujo. Él intentó desviarla, moviendo las manos como si estuviese jugando a un videojuego. La punta metálica, seguramente bañada en Ruomalg, se clavó en su pecho antes de que pudiese evitarlo. Su cuerpo cayó hacia atrás casi chocando con el zorro blanco de Benjamin, que corría entre los lotos mareándolos. Lena no soltó a Steve hasta que ambos tocaron suelo firme. Una vez allí, la francesa le recomendó que él sería más útil a pie, ya que no había tenido el tiempo suficiente como para aprender bien a volar.
Todo estaba pasando demasiado rápido. Los lotos habían acertado con sus movimientos y los otros eliminaban muy lentamente a sus enemigos. Una de las gárgolas le había clavado una estaca a Rina en el hombro izquierdo y uno de los brujos le asestó una ráfaga de viento a Zaxe que la lanzó contra la copa de un árbol. Era un caos. Incluso los gemelos del norte estaban teniendo problemas con el combate cuerpo a cuerpo. Había sido una gran emboscada por parte de El Loto Negro.
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El Loto Negro: ¿Podría Olvidarse El Pasado?© || ELN1
FantasyQuién te diría que alguna vez odiarías tu vida, tu hogar y a ti misma... Scarlett Rixon, una joven de dieciocho años, se ve obligada a viajar desde Polonia a Eslovaquia para tomar un avión a Londres. Después de estar en un infierno del que pocos con...