29. Sola

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Capítulo 29

"Sola"


2017, 03 de octubre.

— ¿Dónde están Benjamin y Nefira? —preguntó Mey alarmada entrando a la habitación de Enear.

En su mano, una carta con el remitente de Londres se estrujaba. La habían recibido esa misma noche. Dos refugios mitrey habían caído. Los del Loto Negro habían descubierto a Marco y los demás. En Europa los rastreadores y los cazadores se movían más rápido y significaba problemas. Significaba que a lo mejor habían vuelto a secuestrar seres sobrenaturales.

Habían pasado un mes tranquilos, allí en el norte todo estaba calmado. Nefira se escapaba muchas veces con Benji mientras que los mellizos entrenaban. Mey disfrutaba de las lecturas que había en la biblioteca real. Todo parecía ir por el buen camino, sin incidentes, sin buenas o malas noticias. "No news, is good news". Pero mientras ellos cinco disfrutaban de un paisaje nevado, sus amigos luchaban por sus vidas. De Londres a Cracovia. Intentaban sobrevivir.

—No lo sé. Estaban con Irina hace nada en el comedor —respondió el elfo mientras se levantaba de su escritorio. La preocupación le invadió al ver a Mey en ese estado—. ¿Qué ha pasado?

—Llegó esta mañana. Marco y los demás vuelven a casa. Pero dos refugios en Londres fueron destruidos. Los encontraron —le entregó la carta al albino. Se pasó las manos por sus cabellos—. Tengo que saber dónde está Nefira, Enear. Tengo que saber que no está sola. Saber que está bien.

Enear leyó la carta. Sus manos temblaban. No se esperaban aquello, nadie lo vio venir. Arrojó el papel sobre su escritorio y salió de su habitación casi corriendo. Mey lo siguió. Intentaba respirar tranquilo mientras buscaba a un guardia real. Sus ropas ligeras pese al frío norteño volaban detrás de él mientras caminaba, dándole un aura de majestuosidad. Dos soldados de plateada armadura iban hacia ellos, hablando, hasta que se dieron cuenta de que el elfo estaba intranquilo.

—Buscad a mi hermana, al rastreador y a la mitrey. Llevadlos a la sala del trono. ¡Rápido! —ordenó Enear mientras se acomodaba sus largos cabellos blancos. Ambos soldados asintieron y salieron corriendo en busca de los desaparecidos. Mey seguía al lado del príncipe—. Mey, tú ve directamente al trono. Mis padres no están, así que estoy al cargo hasta que regresen.

—Te ayudaré a buscarlos, Enear —propuso ella. No quería que cargase con todo.

—No. Ve a sala del trono.

Y sin dejar que respondiese se marchó. Enear tenía una ligera idea de donde estaban si es que los lotos no habían vuelto a hacer de las suyas. Con sus largas piernas daba zancadas por los pasillos y las escaleras del palacio. Iba tan ligero como silencioso, igual que una pluma mecida por el viento. Sus orejas puntiagudas se movían un poco, captando cualquier minúsculo sonido que le advirtiese de la localización de Irina, Benji y Nefira. Necesitaban encontrarlos pronto para discutir la situación. Aunque ya sabían lo que había que hacer. Alejarse de las invitadas, o al menos de Nefira.

Pasando por un pasillo con un gran ventanal escuchó un leve crujido. A su espalda, los tres susodichos salían detrás de un cuadro riéndose. Al ver a Enear recuperando el aliento, dejaron de reír y se pusieron serios. «Ya la hemos cagado» pensó Benji poniéndose detrás de ambas mujeres.

—Vosotros tres, conmigo. Ahora.

Caminaron detrás del príncipe, callados y temiendo lo peor. Sin embargo, se miraron confundidos al ver que se dirigían a la sala del trono, en la cual estaba una preocupada Mey. Esta al ver a Nefira, fue corriendo hacia ella y la abrazó para luego revisar si estaba bien. Estaban muy perdidos.

El Loto Negro: ¿Podría Olvidarse El Pasado?© || ELN1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora