Aeternum [Experiencia en mi RD]

Capítulo 53.

La guerra prt 1.

1 de mayo de 1998

Desperté en los brazos de Draco, hacia ya tiempo que no gozaba de tal afecto. El sol golpeaba mi rostro con delicadeza, me gire para ver al hombre que estaba a mis espaldas y no hice nada más que verle. Cada facción de su rostro era perfecta, sus labios eran de un tono rosa bajito y su boca estaba entreabierta. Se veía tan perfecto que inclusive ahorita se me es complicado expresar como me sentía en ese momento, porque fue una hermosa combinación.

―Deja de verme.―ordenó.

Sonreí.―Se dice buenos días, hurón albino.

Con los ojos aún cerrados me tomó de la cintura y me acerco a él, dando pequeños besos en mi clavícula.

―Tenemos que alistarnos.―comentó.

―¿Para qué?

―Hay una junta de Mortifagos a las 10:00.

Solté un suspiro de fastidio, era más que obvio que no quería ir.

―Será un rato, lo prometo.

―No soy una mortifaga, una marca no me hace como ellos.

―Pero si no vas te matara.

Lo mire nuevamente, perdiéndome en ese gris tan hermoso y lo besé.

―Me alegra que estemos juntos otra vez.

―A mi igual, extrañaba a mi diabla.

Nos levantamos para comenzar nuestro día, me coloque unos jeans negros, una camisa negra y unas botas negras tipo militar, encima llevaba una chamarra de mezclilla. Mi maquillaje constaba de un delineado, rímel y corrector en mis ojeras.

Antes de bajar aliste una pequeña mochila, donde eche todo tipo de suministros curativos, mi libro de hechizos de sanación, (Mio no, lo robe de la biblioteca, ajua). Y eche mi varita, en caso de algo. Mujer precavida vale por dos.

Cuando bajamos ya había empezado la junta de mortifagos, varios de los integrantes estaban sentados, charlando entre si. Draco tomo mi mano y entrelazo nuestros dedos. Tomamos asiento en en donde pudimos y Voldemort hizo su aparición, sus ojos viajaron hacia mi, su nueva integrante.

―Nahoma Diggory, que gustó verte.―dijo con una voz tenebrosa.

Muchos mortifagos se burlaron al verme allí.

Tomé aire y lo mire con odio.― Tom Marvolo Riddle, mestizo y un gran imbécil, el gusto es mío.

Se molesto demasiado, incluso llegue a pensar que me mataría ahí mismo, sería imposible, pero no dudo de que se limitaría de hacerlo. Para mi sorpresa se tranquilizo y no me menciono nada más.

―Hoy en la noche.―comenzó a hablar.―Atacaremos el castillo, y Hogwarts por fin caerá.

Muchos se rieron con satisfacción. Pero a mi me gusta jugarle al verga.

―Que cobarde eres, Tom, mandas matar a Dumbledore para poder atacar a niños, hasta Gellert Grindelwald tiene más pelotas que tú.

Su mirada fue de una furia incontrolable.

―¿Qué dijiste, insolente?

―Lo que escuchaste, Tom.

Voldemort le dio una mirada de aprobación a Bellatrix, quien inmediatamente desapareció.

―No se quien te creas, Nahoma, pero te enseñare a callar y obedecer mis órdenes.

La bruja apareció con una mujer de aspecto humilde y con dos niños pequeños, creo que tenían entre 8 y 7 años.