CAP 10 "АДРИК МАРКОВИК"

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Hoy día podría haber sido uno totalmente normal en mi vida. Tal cual como en las películas, mariposas volando y un arcoíris hermoso. Pero aquí estoy yo golpeando la cara de un idiota como si fuera de lo más normal, dice ser encargado de Amaranta Smirnova. Se que el mensajero no debería morir y solo hace su trabajo. Sin embargo, este idiota se ha pasado de la raya.

Mis manos duelen por la fuerza que pongo al golpear la mandíbula del sujeto.

—¿También te dijeron que digas que ella es mi puta?

Escupe sangre y uno de sus dientes cae al piso.

—Deberías revisar las fotos. —dice y me señala su mochila.

Vuelvo a golpear su cabeza y este cae hacia atrás.

Tomo la mochila y unas fotos caen del interior. Renata sale en cada uno de ellas, mi enojo crece al saber que la siguen y vigilan. Aunque en la última se ve a ella besándose con ese idiota.

La furia incrementa valor. Estoy enojado.

"Así que él le dio la droga"

—Gracias a ti, tengo que golpear a alguien más. —paso por encima de él y lo pateo.

—Tu madre no se detendrá.

Volteo y lo miro de reojo. Alzo las cejas.

—Tengo una madre y un padre, con eso es suficiente. No necesito a una loca. Agradece que no te golpeo hasta el punto de matarte. Hoy tuve piedad, gracias a estas fotos. Debo recomponer fuerzas para golpear a otro bastardo.

Arrugo las fotos y las arrojo.

Dimitri espera afuera con una torta en la mano.

—¿Crees que es hora de comer? —pregunto con ironía, pero él sigue sumido en la crema del pastel.

—Límpiate las manos, Renata no soporta el hedor de la sangre. —dice y me arroja papel.

—¿Dónde está?

—Salió con Claudia y Farik, al parecer fueron a una cita médica.

—Mierda, lo olvidé.

Me desvisto en el camino hacia mi habitación. Entro a bañarme para quitar toda la sangre, cuando salgo de la ducha me miro al espejo y hago una mueca al ver mi piel enrojecida. Ese idiota me golpe en mi mejilla.

Rebusco entre mi ropa, algunos pantalones y tardo al hacerlo. Algo casual es mi atuendo, como una camisa azul y unos pantalones grises, zapatillas negras, fue difícil encontrar la maldita ropa ya que tengo un tumulto de ropa que no uso.

Salgo de mi habitación y me topo con la señora Davyna, la cual se encarga de hacer los quehaceres de la casa. Ella recoge mi ropa que deje en el piso y eso me avergüenza. No debí hacerlo, pero carezco de tiempo.

—Lo siento mucho.

—No se preocupe, me encargare de lavarlo de inmediato. —contesta.

—La ropa que esta sobre mi cama, mándalo a una fundación o arrójalo a la basura. No me queda para nada.

—Esta bien. ¿Vendrán a almorzar todos?

—Lo más seguro es que no lo hagamos, pero la cena sí.

Dimitri espera afuera, ya no lleva consigo el pastel en sus manos.

—¿Te encargaste de arrojarlo en el mismo sitio? —pregunto por el mensajero.

Él asiente.

—Lo deje en el prostíbulo que pertenece a los Smirnov. —contesta.

—Excelente.

Inmarcesible Destino [H.R.M.A. |+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora