CAP 60 "MÜDE"

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Renata Roquer:

Yuri pasa encima de mis piernas y suelto un alarido al sentir por su accionar tan grotesco.

—Deja el arma —le ordena, pero Fiodora niega —. ¡Tú no acostumbras a hacer idioteces de este tipo Fio...!

Es interesante lo que una sola palabra ha hecho que Gusev reaccione, pero aún sigue siendo egoísta: mis manos siguen sujetadas con las cuerdas que ella no hizo el favor de quitármelas.

Me encojo de dolor al percatar que Vitali cae de rodillas y es inevitable no sentir el temor de que ellos también podrían morir.

—¡Es hora de irnos de aquí! —exclama Gusev retrocediendo.

Yuri e Igor miran la escena con escepticismo.

Me siento tan débil que apenas y puedo pestañear, sin embargo, lo que me deja sorprendida es el hecho de escuchar ese sonido mortífero mezclado con la caída de Fiodora.

» Se ha disparado a sí misma para detener todo.

Mi boca se abre ligeramente por la sorpresa de esa acción. Ella se coloca la mano sobre su herida de bala, Yuri corre hacia Fiodora para sostenerla.

—No, no, no... —dice nerviosa. Sacha se pone de pie y ordena a las personas que ayuden a bajarla de inmediato en un bote con motor.

—Si Maksim muere el día de hoy, diré que Igor Sorokin me disparo —ataca Gusev mirando a Yuri para ir por la opción de que esta convenza a Ocho.

—No puedes hacernos esto —murmura Yuri.

—Las dudas no sirven, solo espera a ver lo que puede suceder —contrataca mientras sus expresiones se contraen por el dolor que siente—, además saben muy bien que ella va a creerme a mí.

Yuri se lleva a Fiodora en brazos, pero al voltear me doy cuenta de que Igor sigue detrás de Maksim, sin embargo, mi estómago se remueve al ver que este tiene un cuchillo que le pasa una mujer que tiene cerca.

Smirnov tiene la mirada puesta en mí y en sus ojos puedo observar la inocencia de creerse el hecho de que Ocho dará su brazo a torcer. Intento gritar, pero lo que brota es como más un gemido de dolor, él gira y yo me quedo inmóvil ante lo que observo.

Las lágrimas se deslizan por mi mejilla, el dolor se intensifica en mi pecho.

«No otra vez, ¿Por qué, Por qué?»

Los recuerdos me asechan dándome un bofetón tan grande que apenas puedo respirar, grito al ver como la sangre sale a chorros de su cuello. El cuchillo es arrojado al igual que el cuerpo.

Nuestras miradas se conectan y puedo percibir la carencia de resentimiento, luego pasa a limpiarse las manos en su camiseta, él da pasos torpes para alejarse. La mujer que lo sostiene viene a golpearme, pero la empujo hasta hacerla caer.

Pongo mi peso encima de ella al sentarme y golpeo su cara, las acciones que realizo en contra son como cachetadas que logran hacer que su rostro se bañe en sangre, intenta botarme, pero alzo un poco mis caderas y me dejo caer encima de su abdomen.

Aguanto el dolor que me causa por los golpes que arremete en mis costillas, así que como opción apurada cojo su cabeza y tiro de ella hacia una dirección contraria, la suelto cuando esta deja de moverse.

Camino lentamente hasta llegar a Ocho y pongo las manos en sus hombros mientras está de espaldas, pero voltea al darse cuenta, me da una cachetada que logra hacerme tambalear, siento el sabor de la sangre en mi boca.

—El idiota te llama Satana —dice con ironía —, pero estás muy lejos para portar esa palabra.

—Es solo una palab-ra. —El escupitajo que doy cae en su mejilla, cierra los ojos y se limpia. Me sujeta de mi nuca e intensifica su agarre. Ocho levanta la mano para estamparla en mi rostro, sin embargo, levanto mi pierna para golpear sus genitales logrando que él baje sus defensas.

Inmarcesible Destino [H.R.M.A. |+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora