CAP 18 "DREI IDIOTEN"

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Tiro del brazo de Adrik, pero él insiste en avanzar.

—Adrik, las personas están mirando. —digo mirando a esas personas que esperan que se realice una pelea.

El guardia de seguridad, se acerca. Es un hombre de estatura pequeña, delgado y con las expresiones de aburrimiento total.

—Si quieren golpearse, lo mejor será que lo hagan afuera. —dice con un tono tan perezoso que hasta bosteza.

El guardia le hace un gesto a Adrik.

—Apuesto por ti muchacho. —dice el señor, pero esta vez con leve ensanchamiento de su sonrisa.

Adrik retrocede y me sujeta de los brazos para ayudarme a bajar de las escaleras, cuando estamos abajo. El silbido de los mismos sujetos vuelve a hacerse presente. Farik y Dimitri llegan hacia nosotros y miran la situación con un gesto de desconformidad.

—Ven aquí. —dice Dimitri y me sujeta del brazo para retroceder.

Los chicos que cuidaban el perímetro se ponen detrás de los tres sujetos.

Las personas que hace unos momentos veían la situación con asombro y muchas ganas de verlos pelear; se retiraron porque la pelea había sido descartada. Así que es más fácil rodear a los sujetos hasta llevarlos afuera.

Los tres hombres gritan para que alguien los ayude, pero la música intensa que retumba en cada espacio del centro de juegos; silencia sus gritos de ayuda.

Dimitri me da un leve empujón para entrar al auto y yo niego.

—Quiero ir con Adrik. —digo mirándolo de reojo.

Farik niega y yo refuto.

—Prometo no interrumpir. —digo, pero ellos niegan nuevamente.

—Tienes que asistir mañana a tu centro de estudios. —responden los dos a la par.

—No puedo creerlo, me siento como una niña pequeña con ustedes. —contesto y llevo mis brazos cruzados al pecho.

Dimitri me lanza el abrigo de lana que siempre suele estar en la cajuela del auto. Me conocen bien y saben que soy muy débil al frio. Pero la relación que tengo con el invierno es una especie de amor y odio. Me encanta que haga frio y no calor. Podría decir que odio un poco al verano.

Farik pone mi canción favorita y eso me hace despertar antes de caer dormida sobre la ventana.

—¡Eres el mejor, lo sabías! —le digo entusiasmada y suelto un bostezo al instante.

"Just One Day", suena a todo volumen dentro del auto y empiezo a cantar como una desquiciada. Mi banda favorita de todos los tiempos, hasta que sea una anciana y mi última palabra sea: "Gracias por llegar a mi vida"

—Debes aprender el idioma. —dice Dimitri mirándome con una sonrisa. —No sabes si podrías estar invocando a un demonio.

—Farik puede enseñarte, él estuvo en una misión importante en Corea del Sur.

—Deberías enseñarme, Farik. Solo puedo decir: "hola, gracias, adiós y contar hasta el número diez" —digo y hago un gesto tierno: "ojitos de cachorrito"

El auto se detiene y la puerta del auto se abre. Adrik aparece.

—Yo te enseñaré el idioma. —dice con rapidez y mi corazón da un brinco.

Mi cabeza da ese leve revoltijo y se convence de que no puede ser tan fantástico. Adrik Marcovick enseñándome coreano para cantar las canciones de "Bts", sin invocar algún tipo de demonio en el proceso.

Inmarcesible Destino [H.R.M.A. |+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora