CAP 83 "ATTACKE (PARTE 2)"

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Adrik Marcovick:

Mi brazo sangra al recibir un impacto.

―Maldita sea, Akran ―dice Dimitri viendo el maletín lleno de agujeros.

―Eran otras dosis, no las que hice.

Akran se saca la bufanda para amarrarlo sobre mi brazo.

―La bala sigue adentro ―dice.

Me quejo al sentir que hace fuerza al apretar.

Amaranta detiene a sus hombres y habla con un toque de burla: ― ¿Akran, no quieres ver a tu novia y suegro?

Es imposible no mirar al frente, pero mi pecho se contrae al no observar a Renata, sin embargo, vuelvo a respirar con normalidad al dar con ella.

―No hemos llegado a un trato ―dice; veo como Levana y Farik están ya al frente de rodillas.

― ¿Quieres que ellos sufran lo mismo que tú? ―pregunta.

―Le daré el gas que te di a ti, pequeño, sabes que el tuyo no genero consecuencias en tu salud ―dice Amaranta a Maksim como si fuera suficiente para calmar a alguien.

Qué madre tan desquiciada pudo haber tenido Maksim.

Amaranta opta por utilizar a sus soldados como escudo.

Veo a Renata abandonar el auto y ponerse detrás.

―Pronto voy a morir.

―Haz el favor de morirte ahora ―dice Levana y se gana una cachetada de parte de un sujeto.

―Ven conmigo ―propone mirándonos, estira sus manos ―, tú igual cariño.

Los recuerdos del mal momento que pasé con ella se acumulan en mis pensamientos.

―Estás loca ―digo.

―Quiero a mis hijos de vuelta.

― ¿Cómo quieres que regresemos a ti después de todo el daño que haces y sigues haciendo? ―pregunta Maksim.

―Es fácil, deben olvidar... ―dice.

―Estás loca, madre.

Amaranta sonríe.

―Antes parecías tan entusiasmado cuando ibas en busca de tu hermano... Querías matarlo para quedarte en el liderazgo.

―No es así ―Niega e intenta salir de su escondite, me mira a los ojos ―. Ingresé a la jaula por orden.

―Engáñate a ti mismo querido, pero en el fondo querías a Adrik muerto ―Los mísiles verbales que lanza Amaranta son con la finalidad de provocarlo.

―No hagas una maldita tontería. ¿Comprendes? ―Mi tono suena autoritario y parece querer negarse por un breve momento.

Maksim se queda quieto y Amaranta no puede evitar con su argumento ponzoñoso con la finalidad de sacarnos, vuelvo a mirar y el temor crece cuando me percato que van en dirección de Renata.

―Dimitri ―digo y capto su atención, comprende lo que deseo y me respalda para correr hacia Renata.

El intercambio de balas se produce y debo ser rápido al dirigirme con destino a ella, disparo al que intenta alzar su arma en dirección de Renata, siento un leve alivio al verla a los ojos.

―Esto es agobiante ―contesta agitada.

La miro e intento trasmitir calma, pero el momento es del todo aterrador. Mis manos tiemblan, sin embargo, ella coloca palmas encima de mí.

Inmarcesible Destino [H.R.M.A. |+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora