Adrik Marcovick:
Tres meses antes:
Renata se sostiene de los tubos de metal e impulsa su cuerpo, levanta las piernas hacia adelante para apretar más su abdomen. Sus mejillas lucen muy coloradas y su frente brilla por el sudor.
Ella me mira a través del reflejo del espejo con el ceño fruncido.
—¿Por qué no realizas otro set de sentadillas? —pregunta.
Cojo mi botella de agua y empiezo a beber para calmar mi sed.
—Ya hice demasiado ejercicio hoy. —respondo sin dejar de mirarla.
No recibo respuesta alguna de ella, porque vuelve a realizar esa acción de levantar las piernas y apretar más los músculos de su abdomen. Camino hacia Renata y me posiciono detrás, dejo un espacio para no interferir en su desenvolvimiento del ejercicio que realiza.
Estiro mis brazos para sujetarme de las barras de metal y poder impulsar mi cuerpo. Suelto un gruñido leve al percibir la contracción de mi abdomen, los músculos del brazo se me tensan por completo al volver a dar otro empuje que me eleva.
Escucho como su respiración tan agitada tiene un leve quiebre.
Gira levemente su rostro para mirarme de reojo.
—Adrik... —pronuncia mi nombre con un tono jovial y un ápice de nerviosismo —. Vete a otra máquina, quedamos en que yo entrenaría hoy en esta.
Renata se baja de las barras de metal, sin embargo, solo lo hace para moverse al lado opuesto y poder quedar frente a frente.
—Siento que intentas jugar con mi cordura. —dice con una leve sonrisa.
Niego.
—Yo no suelo jugar de esa manera. —espeto sínicamente.
—¡Claro! —exclama Renata.
Sujeto su cintura al ver como pierde el control y sus brazos tiemblan. Ella me observa fijamente y muerde sus labios.
—Detente ya hiciste demasiado ejercicio por hoy. —espeto.
Renata me hace caso.
Se recuesta en el piso.
—¡Joder! —expresa agitada.
Deslizo mi camiseta hasta mi cuello y poder sacármelo. Yo también tomo la opción de sentarme sobre el piso, Renata gatea hasta llegar a mí y recostarse sobre mi pierna.
—No realizamos practicas sobre defensa personal el día de hoy. —dice Renata mientras juega con sus dedos sobre mis piernas.
Detengo sus manos.
—¿Quieres hacerlo? —pregunto.
Renata se abalanza sobre mi y coge mis brazos para llevarlos por encima de mi cabeza. Nuestras respiraciones van al mismo ritmo.
—Esto es trampa. —me remuevo al sentir como su rodilla se posa sobre mi abdomen.
Me resisto ante cualquier posición de ataque para poder saber a lo que realmente desea llegar.
Deja caer su peso sobre mis piernas, sus brazos se colocan a cada lado y se acerca hacia mi rostro.
—Está claro que esto no es defensa personal. —trago saliva al sentirme intimidado su mirada tan tenue, sin embargo, ella luego dibuja una sonrisa e intenta apartarse para culminar con su broma.
Sujeto su nuca para detenerla.
—Chica lista. —le robo el beso más corto que podemos tener y me alejo de ella —. Pero, descuidada.
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Inmarcesible Destino [H.R.M.A. |+21]
RomanceHistoria de Renata. Adrik Marcovick se gano el respecto de mi hermano, por consecuencia él esta destinado a ser quien cuide de mi en Italia, soy la niña pequeña a la que tiene que cuidar, sus tratos entre ellos son algo confuso apenas y entendí sobr...