Inmarcesible Destino [H.R.M.A. |+21]

CAP 12 "PANIKATTACKEN"

Hace un año:

Adrik Marcovick.

Toda la semana y antes de que sucediera el concurso sobre prendas de otoño, ella se desvelaba en las noches para crear bocetos. Sus hermanos y su padre no pudieron venir porque estaban con agendas apretadas. Aunque su rostro denotara una sonrisa. Se notaba que extrañaba verlos.

Renata sube al escenario junto a su otra oponente.

Si ella no gana estará mas que claro mis sospechas. Todos se quedan en silencio escuchando el resultado final. Cuando el hombre habla y no dice su nombre la miro directamente a los ojos.

"Una gran mierda"

Volteo a mirar al juez y aprieto los dientes.

"Ese hijo de puta"

Renata sonríe y abraza a la chica con la cual ha participado. Ella es una chica realmente amable y no deja de sonreír ante la derrota.

Esta mierda es tan absurda. Quisiera decir que confió en el poder de su rival, la fuerza y el talento que desprende. No hay que negar que las prendas que realizo las texturas y el color de cada uno son bonitos, pero no se compara.

Renata tiene un talento indescriptible y eso nadie lo puede negar, pero ella no esta jugando con las mismas cartas que lo hace su rival.

El juez encargado del evento sonríe y yo solo pienso en cómo sacarle la garganta. Si bien Renata ya ha aceptado su derrota, sabe muy bien que no ha sido porque no posee una creatividad indiscutible. Han hecho trampa. Me enerva que haya

Siento vergüenza ajena por Calipso, una chica hermosa y con la creatividad necesaria para haber ganado este concurso que ha resultado una porquería después de todo. Pero para Renata no era un concurso obsoleto, ella quería demostrar que podía ganar. Aunque con personas mierdas como estas no se podía.

Renata bajo del escenario y se acercó a mí. Sus mejillas están mas que rojas y los ojos le brillan. Aprieto los puños y finjo estabilidad.

Me acerco a ella.

—Lo hiciste bien, sabes que eres la mejor. Tu creatividad y el esfuerzo que le pusiste a tus ideas y prendas que realizaste lo demuestran.

—Tal vez la próxima logré ganar. —dice con la voz apagada y sostiene una copa de vino blanco.

—Lo harás porque confío en ti.

Miro de reojo y veo al hombre irse por los pasillos, toco el hombro de Farik y este entiende lo que trato de decirle.

—Distráela.

Renata voltea y frunce el ceño. Me mira confundida.

—¿A dónde vas?

—Ya vuelvo, creo que debo lavarme las manos.

Ella luce confundida, pero atina a no decir nada más y voltea hacia Dimitri el cual está cerca a la mesa de bocaditos.