CAP 79 "JUBILÄUM"

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Adrik Marcovick:

Tanya le ordena a uno de sus hombres que se dirija hacia el bosque y pida más refuerzos.

―Ayúdalo ―pido, mientras volteo para verla, ella eleva sus cejas con cierta sorpresa ―, iré contigo, si lo haces.

Distingo una silueta detrás de Tanya, que se asoma con pasos lentos; cierro los ojos y vuelvo a abrirlos para observar con más claridad. Me quedo en silencio, sin embargo, no dejo de apretar en la zona que brota sangre.

―Ya no se puede... ―dice ―, es un obstáculo para ti y tu liderazgo. Has sido siempre el mejor en todo, en cambio, él no es más que una burla copia de ti.

― ¡No quiero esto, además él no necesita ser mi sombra! ―Elevo la voz.

El disparo en la cabeza del guardaespaldas de Tanya hace que la sangre salpique en mi dirección, luego los impactos llegan contra la mujer que le dificulta reaccionar porque todo pasa rápido, se cae de rodillas y las balas no dejan de atravesar su cuerpo hasta dejarla hecha mierda.

«Es Renata».

―Maksim ―dice, preocupada. Se pone de rodillas, puedo notar miedo al notar toda la sangre que empieza a perder. La aparto y levanto a Maksim en brazos.

Camino con él, hasta distinguir a Akran, que me señala el suelo más despejado de los escombros.

―Déjalo aquí ―espeta Akran con la voz agitada, Antonella observa petrificada, pero se acerca con detenimiento, sin importarle las palabras de Bericloth que quiere encargarse. 

―El chaleco antibalas soporto dos de los disparos y el tercero rozo cerca de sus costillas, es un corte de seis centímetros, el cual hace que pierda mucha sangre, sin embargo, no es suficiente como para morirse ―dice Antonella, con muchos nervios en juego, pero sus manos que están puestas sobre la herida de Maksim no tiemblan ni un poco.

La sorpresa se expande en cada participante presente, pero nos enfocamos en él.

―Debemos irnos, antes que vengan los demás ―susurro, pero el miedo se difumina cuando veo salir del bosque a varios hombres y mujeres con arma en mano. Todos forman parte del séquito de agentes de Adler Roquer.

El sonido del claxon nos hace percatarnos del auto, cargamos el cuerpo de Maksim hasta posicionarlo en el asiento trasero, está inconsciente. Después de una hora, llegamos a una zona que pertenece al hermano mayor de Renata.

«Concéntrate» Me repito mientras lavo mis manos con fuerza y trato de evitar culparme. Salgo de ese lapso de pensamiento y me enfoco en Renata: ― ¿Qué pasó?

―Escapamos al bosque, luego de que la casa se redujera a cenizas con los hombres de Tanya dentro ―murmura ―, después nos emboscaron un grupo pequeño que fue dado de baja por los asesinos que mando Adler.

Hay tantas dudas, pero que no pueden ser contestadas ahora.

Renata Roquer:

Navidad se supone que debería pasarse en familia, comiendo todos en una mesa y tal vez con peleas tontas que no lleven a ningún lado, pero no es así para nosotros.

―Maksim ya despertó ―dice Antonella.

«Por fin» Después de una semana él; ya había despertado, pero era solo unos ligeros destellos de lucidez. Camino hasta la habitación en donde está y veo a Adrik, el cual tiene los brazos cruzados escuchando los balbuceos de Maksim.

―Debemos ir hacia la sede de los rebeldes, ellos también le han arrebatado a mamá algunas muestras de suero y las capsulas de gas... ―dice con una voz rasposa. Maksim intenta levantarse, pero se da con la sorpresa de que la madre de Adrik lo mire con el ceño fruncido.

Inmarcesible Destino [H.R.M.A. |+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora