El humo comienza a esparcirse en mi cabina, no hago más acciones que el solo quedarme recostada en el suelo con la mirada perdida, hasta que caigo rendida ante los efectos.
Abro los ojos con lentitud al escuchar un sonido alarmante, llevo las manos a mis orejas para taparlas, porque siento mucho dolor y me arrincono en la esquina de ese espacio reducido.
—¡Para, para! —suplico con la voz elevada.
El sonido cesa.
Uno de los hombres que golpeo a Adrik está a solo escasos pasos.
—No debiste ni siquiera empezar tu relación con el hijo de la Zarina. —dice y va acercándose más, saca un control de sus bolsillos y la puerta se va abriendo.
El temor se posa en mi pecho.
—No... —mis piernas empujan hasta arrinconarme más a la pared.
Él va ingresando a la jaula de vidrio con una jeringa en la mano.
El temblor de mis manos aumenta progresivamente.
Me da miedo verlo porque su aspecto es catastrófico, sus dientes son largos y tiene una gran cicatriz en su mejilla derecha.
» Un monstro.
—Se una buena chica. —dice con burla y sujeta mi muñeca para detener los golpes. El miedo domina todos mis sentidos al verlo al rostro, desciendo la mirada hasta ver sus manos las cuales tiene mucho vello.
—Suéltame. —susurro e intento separarme de él, aguanto un grito al ver sus uñas tan filosas.
Estira mi brazo y da una palmada sobre mi piel e intenta inyectarme. Envuelvo mi mano alrededor de su brazo derecha y deslizo mi pierna para barrer su cuerpo y tumbarlo al piso.
Aprovecho el momento de su caída para salir de la jaula.
Me detengo al ver el bate con el que golpearon a Adrik el cual aún yace en el suelo bañado con su sangre, la cual tiene un aspecto distinto.
Inclino mi cuerpo para tomar el bate, sigo mi camino hasta llegar a la puerta. Muevo el pestillo una y otra vez tratando de abrirlo, pero no cede.
Volteo despacio.
—Adler me dijo que no debo huir de mis instintos y debería liberarme por completo, sin embargo, no creí en él hasta ahora... —murmuro mientras veo al hombre caminando hacia mí con rabia destilando de su mirada.
Sujeto el bate con fuerza.
—Solo uno debe salir de esta mierda. —responde y sonrío al ver la aguja en la altura de su mejilla.
Le tiro el bate en su cabeza y este tambalea, vuelvo a golpear en el mismo lugar hasta provocar su caída. Me pongo de cuchillas e inyecto todo el líquido, veo cada espasmo y cada contracción que hace su cuerpo, hasta que el acto final es verlo botando espuma de la boca.
—Entonces solo seré yo. —digo mirando al cuerpo sin un ápice de remordimiento.
Me resbalo justo en el lugar en el que golpearon a Adrik, intento ponerme de pie, pero mi cara se golpea contra el suelo. Voy levantándome con lentitud y ahogo mis gemidos de dolor. Levanto la mirada para no ver el charco de sangre, sin embargo, cuando mi mirada se posa en el piso, todo luce colorido y espeso.
Muevo mi cabeza y cierro los ojos.
Golpeo la perilla con fuerza hasta romperlo con la ayuda del bate.
La luz del sol me hace cerrar los ojos.
Dirijo la mirada hacia un auto que esta estacionado muy cerca, de manera lenta voy acercándome y capto el celular en el asiento. Rompo el vidrio para sacarlo, el temblor de mis manos hace que el celular se resbale, pero logro atraparlo.
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Inmarcesible Destino [H.R.M.A. |+21]
RomanceHistoria de Renata. Adrik Marcovick se gano el respecto de mi hermano, por consecuencia él esta destinado a ser quien cuide de mi en Italia, soy la niña pequeña a la que tiene que cuidar, sus tratos entre ellos son algo confuso apenas y entendí sobr...