Inmarcesible Destino [H.R.M.A. |+21]

C A P 81 "MEST'"

Renata Roquer: 

Adrik no sale del trance, se queda en completo silencio, acallando su dolor. Amaranta se limpia las manos como si tuviera polvo y retrocede con su gente respaldándola.

Igor y Yuri, pusieron fin a la vida de los padres de Adrik. El hombre espera confirmación para matarnos, pero ella ordena nuestra captura.

—No te lleves los cuerpos, déjalos aquí —digo, trago con fuerza para evaporar ese nudo.

Amaranta niega, mueve las manos, señalando su despedida, es una victoria para ella. Adrik se llena de rabia y golpea a Maksim, con la finalidad de liberarse, para luego caer de rodillas y sonreír, convenciéndose de que esto no es real.

Me acerco a él, mientras niega reiteradas veces: —No es cierto, tal vez solo es una alucinación —dice con los ojos rojos por el llanto, se limpia el rostro y asiente nuevamente.

—Adrik... —Lo abrazo y me susurra que está bien, que todo es parte de una alucinación, que tal vez solo estamos encerrados en jaulas de cristal.

En el rostro de todos recae una expresión de vacío y tristeza, pero luego tenemos que centrarnos en los disparos y como poco a poco empiezo a perder a los hombres que nos protegían y el karma me derriba. 

Igor se acerca a mí con una leve sonrisa en el rostro: —Nunca ganarán esto, es imposible —dice, para luego ordenar que traigan al cargamento defectuoso, Farik y Dimitri caen al frente de nosotros.

Pienso en Antonella y él también lo hace, desfoga su ira por no encontrarla en ningún sitio. 

—Debías haberte ido y refugiado detrás de tus hermanos mayores —dice Yuri, para luego burlarse, mientras dice todos los problemas que embargan a cada uno y que no son lo suficiente para proteger a su hermana menor.

—La asesina del año —dice Igor aplaudiendo y convence a su gente que lo haga para humillarme. Él arroja los explosivos que nosotros habíamos colocado antes, para luego reírse.

Somos llevados hacia unas jaulas de cristal y Adrik empieza a perturbarse, Dimitri al igual que Farik tratan de guardar la calma para no caer en la locura.

—Maldición —grita Maksim golpeando las paredes que empiezan a llenarse de sangre.

—No lo soporto —dice Levana, jala su cabello con desesperación.

Akran hace un gesto con su mano que parece ser una "A" y es ahí donde mi esperanza se eleva un poco, ella está afuera, oculta para no la encuentren, solo espero que nos salve. 

Veo como de las cabinas empiezan a botar el gas.

—¡Rompan un pedazo de sus camisetas y colóquenlo sobre su nariz! —indica Akran.

Todos lo hacemos para no ser envueltos en alucinaciones, en las siguientes horas, Adrik se mantiene en silencio con la facción de serenidad en su rostro.

Una semana transcurre y todo se torna repetitivo:

Debemos colocarnos la camiseta sobre la nariz.

Y tratar de no enloquecer por el encierro, en donde no recibimos más que migajas de pan y agua que nos arrojan hacia nuestros cuerpos, por las tardes suben la temperatura y por la noche la descienden.

—Esto está matándome —dice Levana mirando a su padre.

—Vamos a salir de aquí —contesta Farik.

—Que falso —espeta Igor haciendo su entrada nefasta, tiene trozos de pan que los avienta a la basura —. ¿Tienen hambre? —sonríe, para después ordenar que nos saquen de las jaulas y ser llevados a la zona central en donde habrá una reunión importante.