four.

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Maya no podía parar de pensar en qué hubiera pasado si no escapaba del St

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Maya no podía parar de pensar en qué hubiera pasado si no escapaba del St. Vicent's mientras caminaba junto a los que se habían convertido en su equipo.

Todos esos años, todas esas torturas... ¿Para qué habían servido? Ella siquiera tenía poderes, como lo hacían algunas de sus hermanas. Lo único que le habían traído eran cientos de traumas.

Quizás esa era la razón por la que sostenía fuerte la mano de Steve Rogers mientras todo el equipo caminaba por el centro comercial, quizás, había encontrado en él la figura paterna que siempre anheló.

Fué algo raro para May caer en cuenta de que había sobrevivido de milagro, los recuerdos y las cicatrices no hacían más que recordarle todo lo que había sucedido, lo que había sobrevivido y los maltratos que causaron ese apego tan repentino a el nuevo equipo.

Mientras todos caminaban centro comercial, luego de que Odile decidiera irse luego de hablar con Steve algo que la castaña no logró comprender, Natasha fué la que tuvo la idea de intentar sacar la información del pendrive en una Apple Store, por lo que no era sorpresa para nadie que los tres estuvieran adentro.

Claramente los nervios no ayudaban para nada en la situación, y eso junto con Natasha y Steve, quienes se estaban tardando siglos en decodificar la información del pendrive causaban que las gotas de sudor se hicieran presentes junto a unos latidos apresurados cuando notó la mirada sospechosa de uno de los empleados del lugar. ¡Claro! Era lógico, llevaba siglos parada detrás de los señoritos tardaremos mil años en decodificar un maldito pendrive sin hacer nada.

De pronto, el hombre de seguridad se acercó a Maya, preguntándole por qué estaba se estaba demorando tanto.

-Señorita...- Habló el hombre. -¿Qué se le ofrece?

-Eh... Yo...- Trató de responder la castaña, pero no logró articular ninguna palabra, por lo que fué interrumpida por Natasha.

-Ella viene con nosotros. Es una amiga que vendrá de vacaciones.- Afirmó la mayor, por lo que el hombre asintió sin decir más, retirándose mientras el hombre miraba al grupo de una forma extraña.

-Oh, no. ¿No pensará que nosotros tres...?- Se preguntó May, pero fué interrumpida por el regaño de Natasha.

-¡¿Estás loca?! ¡Podrían habernos descubierto!- Grito-susurró la pelirroja.

-¡No es mi culpa! Se están demorando siglos en hacer eso.- Respondió de la misma manera.

-Pues, no tendrás que esperar más, ya tenemos todo.- Habló Steve mientras mostraba el pendrive que sostenía. -Pero primero debo arreglar un asunto pendiente. ¿Nos encontramos a la salida?- Preguntó el mayor, por lo que las mujeres asintieron.

-Seguro.- Contestó Natasha, por lo que Steve se retiró, pero no sin antes despedirse de May.

-Cuídate.- Le habló, por lo que el mayor asintió con la cabeza para luego dirigirse a la salida, haciendo que las chicas salgan por la otra puerta del local.

WALLS - natasha romanoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora