-O, May, llegamos.- Habló la voz de Steve Rogers mientras movía a Maya, por lo que ella tan sólo soltó un gruñido de su boca. Claramente no le gustaba que la molesten mientras dormía, pero otro llamado hizo que caiga en la realidad.
-¡Mel!- La llamó Natasha con un susurro cuidando que los demás no escuchen, por lo que, luego de unos segundos, justo después de que Odile se bajara del auto, la morocha se animó a pisar el suelo del lugar.
Fué ahí cuando observó mejor el lugar, caminando por los alrededores mientras Steve y Odile conversaban y Natasha sólo miraba.
-Es aquí.- Habló el capitán acercándose a la puerta de lo que parecía ser una especie de galpón.
-La señal vino de aquí.- Habló también la pelirroja.
-Yo también.- Contestó el de ojos claros, por lo que Maya se acercó más a él.
-Lindo lugar...- Habló Maya con un tono irónico mientras observaba los escombros.
Luego de escuchar a la chica; los presentes decidieron rodear el lugar antes de poder entrar. Claro, era una base militar, habría que ser estúpido para pensar que podrían entrar así como así.
No les llevó más de diez minutos asegurarse de que el lugar era seguro para entrar y salir ilesos. Aunque la mirada nostálgica de Steve cada vez que daba una ojeada a algún rincón era imposible de ignorar para Maya.
Era algo extraño, se veía como si quisiera volver allí. Quizás eso era lo que lo diferenciaba de May, ella prefería estar muerta antes de volver a ese internado.
Aún recordaba la cantidad de gritos que desprendía de aquellas camillas en donde experimentaban con ella y las miradas llenas de lástima de las personas que visitaban el lugar creyendo que estaba loca. Recordaba perfectamente la cara de cada una de sus hermanas, incluso de las que no pudieron escapar.
Por una parte agradecía a el universo por salir ilesa del lugar y que los doctores no hayan llegado a inyectarle algo más que un par de sueros y millones de pastillas. Pero por la otra lo odiaba, porque ella podría haber pasado su infancia junto a una familia u otros niños de su edad, sin embargo la pasó encerrada junto a millones de traumas sin ninguna compañía más que la de Marcus Ruskov.
Maya decidió adelantarse junto a Natasha y Steve, dejando a Odile unos pasos atrás. La castaña no pudo evitar notar cómo ella no paraba de mirarlos extrañada, aunque no se animó a preguntarle cuál era la causa de su desconcierto.
La chica no paraba de observar todas las acciones de los mayores. Sentía que ya era parte de todo lo que hacían. No paraba de repetirse en su cabeza que quizás el hecho de que Steve la haya encontrado antes de alguna otra persona no era ninguna casualidad.
-Aquí me entrenaron.- Habló el de ojos claros mientras observaba el lugar con cierta nostalgia.
-¿Cambió mucho?- Preguntó la peliroja intrigada por la respuesta del mayor.
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WALLS - natasha romanoff
FanfictionWALLS ──── ❝Te miré a los ojos y ví que estaba perdida, para cada pregunta, tú eras mi porque❞ En donde Maya teme ser amada porque la última persona que lo hizo sufrió un terrible destino. ...